Texto El Ensayo III - II

PARTE III


CAPÍTULO II



DE LOS INTERCAMBIOS Y SU NATURALEZA


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3.2.1 Dentro de la ciudad de París, el transporte de dinero de una casa a otra cuesta normalmente cinco sueldos por bolsa de mil libras. Si fuera necesario transportarlo desde Fauxbourg St Antoine a los Inválidos costaría como máximo algo más del doble, y si no hubiesen portadores de dinero bastante fiables, costaría un poco más. Si a menudo hubiesen robos en las carreteras y caminos por los que circula el dinero, este sería enviados en grandes cantidades y con una gran escolta, a un coste mayor y si uno cargase él mismo con el transporte a su propio coste y riesgo,  y que requeriría el pago en proporción a esos costes y riesgos. Por lo tanto, los costes del transporte de Rouen a Paris y de París a Rouen cuesta generalmente cinco sueldos por bolsa de mil libras, que en el lenguaje bancario son 1/4 por ciento. En general, los banqueros envían el dinero en barriles fuertes y pesados de hierro que los ladrones no pueden transportar por su peso, y como siempre hay carruajes en esa ruta, los costes no son considerables en proporción a las grandes sumas enviadas entre estos dos lugares.

3.2.2 Por un lado la ciudad de Châlons sur Marne paga, cada año al Recibidor del Rey impuestos por diez mil onzas de plata en concepto de impuestos, y de otro lado, los mercaderes de vino de  Châlons y sus cercanías venden a París, a través de sus agentes, vino de Champagne por valor de diez mil onzas de plata; si la onza de plata en Francia pasa por el comercio por cinco libras, la cantidad total enviada entre París y Châlons será de cincuenta mil libras entre París y en Châlons y en cada sentido.

3.2.3 En este ejemplo, el Recibidor del Rey tiene que enviar cincuenta mil libras a París, y los agentes de los mercaderes de vino de Châlons tienen cincuenta mil libras que enviar a Châlons. Esta doble transacción de transporte puede ser evitada estableciendo lo que son llamadas letras de cambio, si las partes llegan a un acuerdo y lo acuerdan entre ellas.

3.2.4 Dejemos a los agentes de los mercaderes de vino de  Châlons llevar (cada uno en su propia parte) las cincuenta mil libras a la oficina de impuestos de París. Dejemos a su director darles uno o más cheques o letras de cambio sobre el Recibidor de Impuestos en Châlons, pagable a su orden. Dejémosles transferir o endorsar su orden a los mercaderes de vino de Châlons y estos recibirán del Recibidor de Châlons las cincuenta mil libras. De este modo, las cincuenta mil libras en París serán pagadas al cajero del Departamento de Impuestos de París, y las cincuenta mil libras en Chalons serán pagadas a los mercaderes de vino de Châlons, y mediante el intercambio o el establecimiento de este sistema, será evitado el problema de enviar el dinero de una ciudad a la otra y al revés. O bien dejar que los mercaderes de vino de Châlons, que tienen cincuenta mil libras en París, vayan y ofrezcan sus letras de cambio al Recibidor de Impuestos, quién las endosará al cajero de la Oficina de Impuestos de París, quién a su vez reunirá la cantidad allí, y permita al Recibidor de Châlons pagar a los mercaderes por sus letras de cambio las cincuenta mil libras que él tiene en Châlons. Cualquiera que sea la forma en que esta compensación se lleve a cabo, si las letras de cambio son enviadas de París a Châlons o de Châlons a París, y como en el ejemplo, la cantidad es pagada onza a onza, y cincuenta mil libras por cincuenta mil libras, se dice que el intercambio es a la par.

3.2.5 El mismo método debe ser adoptado entre los comerciantes de vino de Châlons y los agentes de la nobleza en París y que tengan tierras en el distrito de Châlons y los comerciantes de vino y otros comerciantes de Châlons y que hayan enviado bienes y mercaderías a París y tengan dinero allí y otros comerciantes que hayan enviado mercaderías de París a Châlons para su venta allí. Si hay una actividad comercial muy grande entre estas dos ciudades, los banqueros se establecerán en París y  Châlons, entrarán en relaciones con las partes interesadas en ambos lados y se convertirán en los agentes o intermediarios para los pagos que de otra manera enviarían el dinero de una de estas ciudades a la otra. Ahora, si el vino y otros bienes y mercancías que han sido enviados de Châlons a París y que realmente tienen que ser vendidos allí en dinero en efectivo excediera en valor a los recibos totales de los impuestos a Châlons, y al valor de las rentas que la nobleza de París tiene en el distrito de Châlons, así como el valor de los bienes y mercancías enviados de París a Châlons y vendidos allí por dinero en efectivo, por un valor de cinco mil onzas de plata o veinticinco mil libras, sería necesario para el banquero de París enviar esta cantidad a Châlons en dinero. Esto producirá un exceso en la balanza de comercio entre estas dos ciudades. Afirmo que será necesario enviar a Châlons en efectivo y esta operación será realizada de la siguiente manera o de otro modo similar. [NOTA DEL TRADUCTOR: este párrafo era imposible escribirlo de un modo más confuso que como lo escribió Cantillon. Los que tienen que enviar dinero de París a Châlons son los comerciantes de Châlons (de vino o de cualquier otra mercancía) que venden en París. Los que tienen que enviar dinero de Châlons a París son, los representantes de la aristocracia, cuyos agentes en Châlons cobran las rentas de sus tierras en Châlons (Cantillón supone que toda la aristocracia terrateniente que tiene tierras en Châlons, vive en París); los comerciantes de París que venden mercancías en Châlons y el Recibidor del Rey en Châlons, que cobra los impuestos en Châlons y tiene que enviar la remesa de dinero al Recibidor del Rey en París. Si el tráfico de dinero que se envía de Châlons a París es superior en veinticinco mil libras al tráfico en sentido opuesto, el autor afirma que se tiene que enviar esa cantidad de plata de Châlons a París. No dice si ese cómputo de 25.000 libras de plata es anual, semestral, etc.]

3.2.6  Los agentes o corresponsales de los mercaderes de vino de  Châlons y otros comerciantes que han enviado bienes o mercancías de Châlons a París, tienen el dinero de esas ventas disponible en París. Sus mandatarios les han ordenado que remitan ese dinero a Châlons. Los agentes o corresponsales no están acostumbrados a arriesgarse  en un carruaje, y se pondrán en contacto con el Cajero de la Oficina de Impuestos, quién les dará cheques o letras de cambio sobre el Recibidor de Impuestos de Châlons por el importe que este tenga disponible en Châlons, y generalmente a la par. Pero como tienen la necesidad de enviar sumas más importantes a Châlons, se dirigirán al banquero que tendrá a su disposición las rentas de la nobleza en París que tienen tierras en ese distrito. Este banquero les proveerá, como antes hizo el Cajero de la Oficina de Impuestos, con letras de cambio de sus corresponsales en Châlons por el importe de los fondos que este tiene disponible en Châlons y que le habían ordenado traer a París. Esta operación también se hace a la par, a menos que el banquero trate de obtener un pequeño beneficio a costa de sus problemas, de igual modo que los agentes que les cobran por enviar su dinero a Châlons, y a la vez que le cobran a la nobleza por el envío de su dinero de Châlons a París. Si el banquero también tiene a su disposición en Châlons el valor de la mercancía enviada allí desde París por el género vendido en París en efectivo, también podrá cubrir las letras de cambio por ese valor.

3.2.7 Pero en nuestro caso supuesto, los argentes de los comerciantes de Châlons todavía tienen disponibles en París veinticinco mil libras en efectivo que ellos han ordenado remitir a Châlons. Si ellos ofrecen este dinero al Cajero de la Oficina de Impuestos, responderá que no tiene más fondos en Châlons y que no podrá suministrarles con letras de cambio o cheques sobre esa ciudad.  Si los agentes le ofrecen al banquero, les responderá que no tiene más fondos disponibles en Châlons y que no tiene necesidad de entregarles una letra, excepto si ellos le pagan un tres por ciento por proveerles de cheques. Los primeros ofrecerán un uno o un dos por ciento, y acabarán acordando por un 2 1/2 por ciento. A ese precio, el banquero se decidirá a darles las letras de cambio, o lo que es lo mismo, si ellos les pagan a él en París dos libras y diez sueldos, él les proporcionará una letra de cambio de un importe de cien libras sobre su corresponsal en Châlons, a pagar en diez o quince días, y a continuación pone a su corresponsal en posición de pagar 25.000 libras. A esta tasa de intercambio, el banquero les enviará el dinero por correo o carruaje, bien es especie, bien en oro, y si no posee oro, en plata. El pagará 10 libras por cada bolsa de 1.000 libras, o en términos bancarios, un uno por ciento. El banquero pagará a su corresponsal 5 libras por cada bolsa de mil libras, o 1/2 por ciento, y se guardará un uno por ciento para su propio beneficio. Sobre esta base, el intercambio de Châlons a París se encuentra en el dos 1/2 por ciento sobre la par, porque paga dos libras y diez sueldos por cada diez libras como comisión de cambio.

3.2.8  De este modo se transporta la balanza del comercio de una ciudad a otra por mediación de los banqueros, generalmente en gran escala. Los que representan a los banqueros no están acostumbrados a estas transacciones, y muchos de ellos solo tratan en comisiones y especulaciones bancarias. Solo incluiré entre los banqueros a aquellos que remiten dinero. Sopn solo ellos los que siempre fijan el tipo de cambio, el cargo que sigue al coste y a los riesgos del traslado en especie en los diferentes casos.

3.2.9 El cargo por el intercambio de París a Châlons raramente se fija en más de un 2 1/2 o un 3 por ciento. Pero de París a Amsterdam el cargo subirá a un 5 o un 6 por ciento, cuando se envía en especie. El viaje es largo y el riesgo es mayor, y se ven envueltos en la operación más agentes y comisionados. Desde la India a Inglaterra, el cargo por el transporte será de un diez o un doce por ciento. De Londres a Amsterdam, rara vez excede del dos por ciento en tiempos de paz.

3.2.10 En nuestro presente ejemplo, se dirá que el intercambio de París para Châlons será de un 2 1/2 por ciento por encima de la par, y en Châlons se dirá que el intercambio para París será de un 2 1/2 por ciento por debajo de la par, porque en estas circunstancias damos 97 libras y 10 sueldos en Châlons por una letra de cambio para recibir 100 libras en París. Y es evidente que la ciudad o lugar donde el cambio está por encima de la par está en deuda con aquel otro donde está por debajo de la par siempre y cuando el intercambio continúe sobre esta base. El cambio en París es un 2 1/2 por ciento por encima del nivel de Châlons solo porque París está en deuda con Châlons y el dinero para pagar esta deuda debe ser llevado de París a Châlons. Esta es la causa de que, cuando el intercambio está normalmente por debajo de la par en una ciudad comparada con otra, se debe llegar a la conclusión de que la primera ciudad debe una balanza de comercio a la otra, y que cuando Madrid o Lisboa está por encima de la par con todos los otros países, esto demuestra que esas dos ciudades deben enviar especie a otros países.

3.2.11 En todos los lugares y en todas las ciudades que utilizan el mismo dinero y el mismo oro y la misma plata en especie, ciudades como París y Châlons sur Marne, Londres y Bristol, el cargo por el cambio de moneda es conocido y expresado en un tanto por ciento, por encima o por debajo de la par.  Cuando se pagan 98 libras en un lugar para recibir 100 libras en otro lugar, se dice que el cambio está aproximadamente dos por ciento por debajo de la par; cuando se pagan 102 libras en un lugar para recibir solo 100 libras, se dice que el intercambio está exactamente un dos por ciento por encima de la par. Cuando se pagan cien libras en un lugar para recibir 100 libras en otro lugar, se dice que el cambio es a la par. No hay ninguna dificultad ni misterio en todo esto.

3.2.12 Cuando el cambio está regulado entre dos ciudades o lugares en las cuales el dinero es bastante diferente, donde las monedas son de diferente tamaño, pureza, fabricación y nombres, la naturaleza del cambio parece a primera vista más difícil de explicar, a pesar de que en el fondo este cambio difiere de los que se realizan entre París y Châlons solo en la jerga de los banqueros. En París se habla del intercambio holandés porque ellos cuentan con el escudo de tres libras de Holanda, pero la paridad entre París y Amsterdam es siempre de 100 onzas de oro y plata a cambio de 100 onzas de oro y plata del mismo peso y pureza. Ciento dos onzas pagadas en París para recibir cien onzas pagadas en Amsterdam siempre es un dos por ciento sobre la par. El banquero que remite la balanza de comercio conoce como calcular la paridad. Pero en el lenguaje del cambio extranjero, el precio del cambio en Londres con Amsterdam se hace dando una libra esterlina en Londres para recibir 35 escalins holandeses en el banco. Para París, se da en Londres treinta deniers o peniques esterlinos para recibir en París un escudo o tres libras tournoise. Esta manera de hablar no dice si el intercambio está por encima o por debajo de la par, pero el banquero que remite la balanza de comercio lo calcula bastante bien, y sabe cuanto dinero extranjero recibirá por la plata de su propio país que él despacha.

3.2.13 Si fijamos el cambio en Londres en monedas inglesas de plata de rublos moscovitas, de marcos Lubs de Hamburgo. de rix dólares alemanes, de libras de Flandes, de ducados de Venecia, de piastras de Génova o Leghorn, de Millreis o cruzados de Portugal, en piezas de a ocho de España, o pistolas, etc., la paridad del cambio para todos estos países será siempre de cien onzas de oro o plata contra cien onzas. Si en el lenguaje del cambio sucede que uno da más o menos de esta paridad, esto tiene el mismo efecto que si el cambio, según se dice, estuviera por arriba o por debajo de la par, y siempre conoceremos mejor si Inglaterra debe una balanza al lugar con el cual el cambio está establecido exactamente igual que en nuestro ejemplo de París y Châlons.