Texto El Ensayo II - X

PARTE II

CAPÍTULO X

Sobre las causas del incremento y disminución del interés del dinero en un país.




2.10.1 Es una idea común en todos los que han escrito sobre el comercio, que el incremento de la cantidad de circulante en un país reduce en el mismo el precio del interés, porque cuando el dinero es abundante es más fácil conseguir algo en préstamo. Esta idea no es siempre verdadera o exacta. Para probar esto es necesario recordar que en 1720, casi todo el dinero de Inglaterra fue traido a Londres y más allá del incremento del número de billetes, se aceleró extraordinariamente la circulación del dinero. Con todo esta abundancia de dinero y de moneda, en vez de bajar el tipo de interés corriente, que estaba antes en el 5 por ciento y aún menos, esto sólo sirvió para aumentar la tasa que se aumentó hasta el 50 y 60 por ciento. Es fácil explicar este aumento de las tasas de interés por los principios y las causas del interés establecidas en el capítulo anterior. La razón es que todo el mundo se había convertido en un inversor en la empresa de South Sea [Los Mares del Sur] y quería pedir prestado dinero para comprar acciones, esperando obtener un inmenso beneficio, con lo que le sería fácil pagar esta alta tasa de interés [Este párrafo se refiere, sin nombrarlo, al episodio de especulación en París y toda Francia con las acciones de la Mississippi Company en 1720, que terminó con el colapso del Banque Generale y la subsiguiente devaluación de las acciones de la Compañía del Mississippi. Las acciones de la compañía subieron desde 500 a 18 mil libras en pocos meses, y cuando los inversores quisieron recoger los beneficios para pagar sus préstamos, las acciones llegaron a valer nada. Al mismo tiempo, en Inglaterra, se produjo un proceso similar de especulación, que infló el valor de las acciones de la South Sea Company desde £128 libras en enero de 1720 hasta £550 a finales de marzo].

2.10.2 Si la abundancia del dinero proviene de las manos de los prestamistas, sin duda esto reducirá la tasa de interés actual aumentando el número de los prestamistas: pero si se trata de la acción de derrochadores, tendrá el efecto contrario y aumentará la tasa de interés mediante el aumento del número de empresarios que encontrarán uso a ese incremento del gasto y necesitarán pedir prestado dinero para equipar sus negocios.

2.10.3 Bien haya abundancia o escasez de dinero en un país, siempre se aumentan o disminuyen los precios de todas las cosas sin tener necesariamente conexión alguna con la tasa de interés, que muy bien puede ser alta en los países donde hay abundancia de dinero y baja donde el dinero es escaso; alta donde todo es caro y baja donde todo es barato; alta en Londres, baja en Génova.

2.10.4 La tasa de interés sube o baja cada día por los meros rumores que tienden a disminuir o aumentar la seguridad de los prestamistas, sin que a cambio los precios de las cosas se vean efectados por el interés.

2.10.5 La causa más habitual de la alta tasa de interés en un país es el gran gasto de los nobles y terrateniente u otra gente rica. Empresarios y artesanos acostumbran a suministrar a las grandes casas en todas las ramas de gasto. Estos empresarios están siempre en la necesidad de pedir prestado para suministar a la nobleza: y cuando esta consume sus ingresos por adelantado y pide prestado dinero, contribuyen a aumentar la tasa de interés.

2.10.6 Al contrario, cuando la nobleza del País vive oeconomically [figura así en la traducción inglesa que he usado] y compra de primera mano en la medida en que puede, obtienen a través de sus sirvientes muchas cosas sin pasar por las manos de los comerciantes. disminuyen los beneficios y el número de empresarios en el país, y por lo tanto, de los préstatarios, así como el tipo de interés, porque la clase de los empresarios viven en la medida de lo que pueden de su capital, y piden prestado tan poco como pueden, y se contentan con pequeños beneficios para aquellos que no tienen capital se previenen de embarcarse en las empresas con dinero prestado. Tal es la posición de las Repúblicas de Génova y Holanda, donde los interreses son del 2 por ciento o incluso menos, mientras que en Alemania, Polonia, Francia, España, Inglaterra y otros países, la facilidad y los gastos de los nobles y terratenientes, mantienen a los empresarios y grandes artesanos del país acostumbrados a los grandes beneficios que les permite pagar una alta tasa de interés, que aún es mayor cuando se importa todo del extranjero, lo que supone más riesgo.

2.10.7 Cuando el príncipe o el Estado incurren en grandes gastos, como cuando hacen la guerra, la tasa de interés crece por dos razones: la primera es que multiplica el número de empresarios, por las muchas y nuevas tareas que la guerra proporciona, y así aumentan los préstamos. La segunda es el mayor riesgo que la guerra implica.

2.10.8 Al contrario, cuando la guerra ha terminado, el riesgo disminuye, el número de empresarios se reduce y los contratistas de la guerra disminuyen sus gastos y se convierten en prestamistas y prestan el dinero que ha ganado. Si ahora el príncipe o el Estado se ofrecen para pagar parte de la deuda, la tasa de interés se reducirá considerablemente, y si una parte de la deuda puede ser pagada sin pedir prestado a alguien más, esto proporcionará un resultado más seguro, porque los reembolsos aumentarán el numero de prestamistas en la clase más alta de interés, que afectará a todas las otras clases.

2.10.9 Cuando la abundancia del dinero en el país se debe a un equilibrio continuo en el comercio, este dinero pasa primero por las manos de los empresarios, y aunque aumenta el consumo, no deja de bajar la tasa de interés, porque entonces la mayoría de los empresarios adquieren el suficiente capital propio para llevar su negocio sin dinero, e incluso para convertirse en prestamistas con las sumas de dinero que han ganado más allá de las necesarias para llevar a cabo su negocio. Si no hay en el país un gran número de nobles y gente rica que gastan mucho, la abundacia de dinero reduce sin duda la tasa de interés mientras a cambio incrementa los precios de los bienes y mercancías. Esto es lo que suele ocurrir en las Repúblicas que ni tienen mucho capital ni una considerable propiedad territorial y se enriquece solo por el comercio exterior. Pero en los países que tienen un gran capital y grandes terratenientes, el dinero aportado por el comercio exterior aumenta sus Rentas y les permite incurrir en gastos importantes que mantienen a varios empresarios y artesanos además de aquellos que comercian con el extranjero. Esto siempre mantiene el interés a una tasa elevada a pesar de la abundancia de dinero.

2.10.10 Cuando la nobleza y los terratenientes se arruinan por sus extravagancias, los prestamistas que tienen hipotecas sus tierras a menudo adquieren la absoluta propiedad de las mismas, y bien puede ocurrir que en el país los acreedores sean acreedores por mucho más dinero del que circula en el mismo, en cuyo caso uno puede considerarlos como propietarios subalternos de la tierra y de los bienes hipotecados por su seguridad. En caso contrario su capital se perderá por las tierras.

2.10.11 Del mismo modo se puede considerar a los propietarios de las obligaciones y fondos públicos como propietarios subalternos de los ingresos del Estado asignados al pago de sus intereses. Pero si la asamblea legislativa se ve obligada por las necesidades del Estado a emplear estos ingresos para otros propósitos, los propietarios de las obligaciones de los fondos públicos lo perderían todo, sin que la circulación de dinero en el país sea disminuida sin que se hata perdido un sólo liard [antigua moneda europea de bajo valor común a varios países europeos].

2.10.12 Si el príncipe o administrador del Estado desea regular por ley la tasa de interés, esta debe fijarse, más o menos, sobre la base de la tasa corriente del país de su nivel más alto. De lo contrario la ley será inutil, porque las partes contratantes, obediente a la fuerza de la competencia o el precio actual establecido por la proporción entre prestamistas y prestatarios, harán negocios secretos y esta limitación legal solo pondrá en aprietos al comercio y aumentará la tasa de interés en lugar de resolverla. Los romanos de la antigüedad, después de varias leyes restrictivas del interés pasaron a una prohibición total del préstamo de dinero. Esta ley no tuvo más éxito que las anteriores. La ley de Justiniano para restringir a los patricios la toma de préstamos a más del 4% de interés, los del siguiente órden inferior al 6% y los comerciantes al 8% fue igualmente sorprendente e injusta, si bien no estaba prohibido conseguir un 50% o un 100% de beneficio en toda clase de negocios.

2.10.13 Si es admisible y respetable para un terrateniente alquilar su granja a un pobre granjero cobrando una renta alta, arriesgando solamente el importe de la renta de un solo año, parece que debería permitirse a un prestamista prestar su dinero a un prestatario necesitado, con el riesgo no tan sólo de perder su interés, sino también su capital, y que ambos estipulen un interés tan alto como el prestatario libremente consienta en pagar. Es verdad que este tipo de préstamos hacen a mucha gente desgraciada. Al arriesgar tanto el capital como los intereses es más problemático recuperar ambos que no en el caso del granjero, que no se puede llevar la tierra consigo. Aunque las leyes sobre las quiebras son favorables a los deudores al permitirles empezar de nuevo, parece que las leyes sobre la usura deberían ajustarse siempre a las tasa de mercado, como en Holanda.

2.10.14 La tasa actual del interés en un país parece servir como base y medida del precio de compra de la tierra. Si el interése actual es del 5% o una veinteava parte, el precio de la tierra debe ser lo mismo. Pero como la propiedad de la tierra da una cierta posición y jurisdicción en el estado, sucede que cuando el interés es una vigésima parte, el precio de la tierra es 1/24 o 1/25, aunque las hipotecas sobre la misma tierra apenas pasen de la tasa actual de interés.

2.10.15 Después de todo, el precio de la tierra, al igual que los otros precios, como es natural, se determina por la proporción entre compradores y vendedores, etc.; pero como habrán muchos más compradores en Londres que en las provincias, y como esos compradores que viven en la capital preferirán comprar tierra en su localidad más que en provincias distantes, más bien comprarán tierra en su vecindad a 1/30 o 1/35 que tierra a bastante distancia a 1/25 o 1/22. Hay a menudo otras razones que afecten el precio de la tierra, pero no es necesario mencionarlas aquí ya que no invalida nuestra explicación sobre la naturaleza del interés.


CAPÍTULO X

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