Texto El Ensayo III - VII

PARTE III


CAPÍTULO VII



MÁS EXPLICACIONES Y PREGUNTAS LA UTILIDAD DE UN BANCO NACIONAL


3.7.1 Es poco importante examinar porque el banco de Venecia y el de Amsterdam mantienen sus libros en diferentes divisas y porqué hay siempre una diferencia entre el valor nominal y el valor real de la divisa extranjera. Este no es un punto importante para la circulación. El Banco de Inglaterra no ha seguido esta línea. Sus cuentas, sus notas y sus pagos se hacen y se mantienen en moneda corriente, lo que me parece más uniforme y más natural y no menos útil.

 3.7.2 No he sido capaz de obtener información exacta sobre la cantidad de dinero que ordinariamente se llevan a esos bancos, ni sobre el importe de sus notas y cuentas, préstamos y sumas guardadas como reserva. Alguien que esté más informado sobre estos puntos será más capaz de hablar sobre ellos. Como, a pesar de ello, conozco bastante bien que esos números no son tan grandes como normalmente se suponen, no omitiré dar una idea sobre ellos.

 3.7.3 Si los billetes y notas del Banco de Inglaterra, que según parece son los más considerables, suben a un importe de 4 millones de onzas de plata semanales de media o alrededor de un millón de esterlinas y si mantienen normalmente un cuarto o £250,000 o un millón de onzas de plata en monedas, la utilidad de este banco puesta en circulación corresponde a un incremento del dinero en el país de 3 millones de onzas o £750,000 de esterlinas, lo que es sin duda, una gran suma y de una gran utilidad para la circulación cuando se tiene la necesidad de acelerar: pues he comentado en otra parte que hay casos en que es mejor para el bienestar del país retardar la circulación en vez de acelerarla. He oido que las notas y billetes del banco de Inglaterra han aumentado en algunos casos hasta los dos millones de esterlinas, pero me parece que esto puede pasar por un accidente extraordinario. Y pienso que la utilidad de este banco corresponde en general sólo a más o menos una décima parte de todo el dinero en circulación en Inglaterra.

 3.7.4 Si las explicaciones que me han dado en números aproximados de 1719 sobre los recibos del Banco de Venecia son correctos, puede decirse que, en general,  la utilidad de los bancos nacionales nunca corresponde a la décima parte del dinero que circula libremente en un país. Esto es aproximadamente lo que se comprobó allí.

 3.7.5 Los ingresos del Estado de Venecia pueden ascender anualmente a 4 millones de onzas de plata, las cuales deben ser pagadas en dinero bancario y los recaudadores de impuestos han establecido que, quienes reciben dinero en Bérgamo y en los lugares más recónditos están obligados a cambiarlos en dinero bancario cuando se hace el pago de ellos a la República.

3.7.6 Todos los pagos en Venecia por negociaciones, ventas y compras por encima de una modestia suma deben ser efectuadas, por ley, en dinero bancario. Todos los minoristas que han recolectado monedas en circulación en su tratos comerciales son obligados a comprar, con ellas, dinero bancario para hacer grandes pagos. Y aquellos que necesitan monedas corrientes para sus pequeños gastos deben vender sus billetes bancarios para obtener monedas. [Evidentemente los billetes sólo se utilizaban para las transacciones de alguna importancia y las monedas para las pequeñas, por lo que las clases altas y los comerciantes serían los que usarían los billetes]

3.7.7 Se sabe que  los compradores y vendedores del dinero bancario son normalmente equivalentes cuando el total de todos los créditos o inscripciones en los libros del Banco no exceden del valor de más o menos 800.000 onzas der plata.

3.7.8 El tiempo y la experiencia (según mi informante) ha dado este conocimiento a los venecianos. Cuando el Banco fue establecido, los individuos llevaban su dinero al Banco para tener crédito por el mismo importe. El dinero depositado en el Banco fue más tarde gastado en las necesidades de la República y aún así, el dinero del Banco preservó su valor original porque había tanta gente con necesidad de comprarlo como aquellos que tenían necesidad de venderlo. Por último, siendo el estado presionado por dinero dio a los Contratistas de Guerra créditos en dinero bancario en vez de plata y dobló la cantidad de sus créditos.

3.7.9 Después, siendo el número de vendedores de dinero bancario mucho más grande que el de compradores, el dinero del Banco empezó a estar en descuento contra la plata y cayó el 20% por debajo. Por este desprestigio los ingresos de la república cayeron un quinto y el único remedio encontrado para este desorden fue empeñar una parte de los ingresos del Estado para prestar dinero del banco a interés. Mediante estos préstamos de dinero del Banco, la mitad de ellos fueron cancelados, y los compradores y vendedores fueron más o menos equivalentes en número, el Banco recuperó su crédito original y el total de dinero del banco fue llevado de nuevo hasta las 800.000 onzas de plata.

3.7.10 Así es como que se ha comprovado que la utilidad del Banco de Venecia con respecto a la circulación corresponde a unas 800.000 onzas de plata; y como se ha supuesto que todo el dinero en circulación por los Estados de la República asciende a 8 millones de onzas de plata, la utilidad del Banco corresponde a una décima parte de tal cantidad de plata.

3.7.11 Un Banco Nacional en la Capital de un gran Reino o Nación debe, según parece, contribuir menos a la utilidad de la circulación por la distancia de sus Provincias, que en un País pequeño. Y cuando el dinero circula allí en una mayor abundancia que entre sus vecinos, un Banco Nacional provoca más daño que perjuicio. Una abundancia de dinero ficticio e imaginario causa las mismas desventajas que un dinero real en circulación, mediante la elevación del precio de la tierra y del trabajo, o haciendo que las obras y las manufacturas más caras con el riesgo de la subsiguiente pérdida. Pero esta abundancia furtiva en la primera ráfaga de desorden.

3.7.12 Hacia la mitad del reinado de Luis XIV [1638 - 1715] había más dinero en circulación en Francia que en los países vecinos y los ingresos del rey fueron recolectados sin la ayuda de un banco, tan fàcil y convenientemente como si fueran recolectados hoy en dìa con la ayuda del Banco de Inglaterra.

3.7.13 Si los descuentos de Lyon, en una de sus cuatro feria, suben a la cantidad de 80 millones de libras, si los bancos empiezan y terminan con sólo un millón de dinero en efectivo, sin duda que es de gran conveniencia para salvar el problema de una infinidad de transportes de plata de un lugar a otro. Pero con esta excepción parece que con estos mismos millones de efectivo que comenzaron y terminaron con estos descuentos, sería posible llevar a cabo en tres meses todos los pagos de 80 millones.

3.7.14 Los banqueros de París han observado a menudo que la misma bolsa de dinero ha llegado hasta ellos 4 o 5 veces en el mismo día cuando tenían muchos cobros y pagos

3.7.15 Pienso que los bancos públicos tienen una gran utilidad en las naciones pequeñas y en aquellas donde la plata es escasa, pero de poca utilidad para la sólida ventaja de un país grande.

3.7.16 El emperador Tiberio [42 a. C. - 37 d. C.], un príncipe estricto y económico, salvó para el Tesoro Imperial 2.700 millones de sextercios equivalentes a 25 millones de esterlinas o 100 millones de onzas de plata, una suma enorme en monedas para aquellos tiempos e incluso para hoy. Es cierto que se inmovilizó tanto dinero que disminuyó la circulación y que la plata comenzó a escasear en Roma más que nunca.

3.7.17 Tiberio,que atribuyó a esta escasez al monopolio de los contratistas y los financieros que cobraban los impuestos imperiales, ordenó mediante un edicto que deberían comprar tierras hasta al menos los dos tercios de su capital. Este edicto, en lugar de animar la circulación, la lanzó completamente al desorden. Todos los financieros acumularon su capital con el pretexto de ponerse en una posición de obedecer el edicto comprando tierras, pero que en vez de aumentar su valor, lo hundió a un precio mucho más bajo debido a la escasez de plata en circulación. Tiberio remedió esta escasez prestando a los individuos sólo 300 millones de sextercios, una novena parte del dinero que él había metido en su Tesoro.

3.7.18 Si la novena parte del Tesoro de Roma fue suficiente como para restablecer la circulación, parece que el establecimiento de un banco en general en un gran reino, en el cual su utilidad nunca correspondería a la décima parte del dinero en circulación cuando este no fuera acumulado, no serìa de ninguna ventaja real y permanente, y que es considerado en su valor intrínseco, sòlo puede ser considerado como un recurso para ganar tiempo.

3.7.19 Pero un aumento real en la cantidad de dinero en circulación es de una naturaleza diferente. Ya hemos hablado de ello y el tesoro de Tiberio nos da otra vez la ocasiòn de hablar del tema. Este Tesoro de 2.700 millones de sextercios y que quedó tras la muerte de Tiberio, fue despilfarrado por el emperador Calìgula y sus sucesores en menos de un año. El dinero nunca había sido tan abundante en Roma. ¿Cuál fue el resultado? Esta masa de dinero llevó a los romanos al lujo y a llevar a cabo toda clase de crímenes para obtenerlo. Más de 60.000 esterlinas abandonaron el Imperio anualmente para comprar mercancìas de las Indias y, en menos de 30 años, el Imperio era más pobre y la plata se volvió más escasa sin producirse ningún desmembramiento o pérdida de alguna provincia.

3.7.20 Aunque considero que un Banco general da en realidad muy poco servicio en un país grande, admito que hay circunstancias en las cuales un banco pueden tener efectos que parecen asombrosos.

3.7.21 En una ciudad donde hay deudas públicas de importes considerables, la facilidad de un banco permite le uno comprar y vender stock de capital en un enorme y por sumas enormes sin causar ningún estorbo en la circulación. Si en Londres una persona vende sus acciones de la Compañía de los Mares del Sur para comprar acciones del Banco o de la Compañía de las Indias Orientales, o con la esperanza de que en poco tiempo acciones de la misma Compañía a un precio menor, siempre toma Notas del banco a cambio, y generalmente no se pide el rescate de dichos billetes sino sólo por los intereses. Como dificílmente uno se gasta su propio capital, no hay necesidad de cambiar los billetes en monedas, pero uno siempre se ve obligado a pedir dinero al banco para la propia subsistencia, ya que siempre se necesita algo de efecti8vo para las transacciones pequeñas.

3.7.22 Si un terrateniente que tiene 1.000 onzas de plata paga 200 para el interés de las acciones públicas y gasta 800 en si mismo, las 1.000 onzas siempre requerrirán monedas. Este propíetario gastará 800, y los propietarios de los fondos gastarán las 200 restantes. Pero cuando esos propietarios toman el hábito de la especulación, comprando y vendiendo acciones públicas, no se necesita plata para estas operaciones, pues los billetes de los bancos son suficientes. Si fuera necesario recurrir a dinero en efectivo en circulación para servir a estas compras y ventas, ascendería a una suma muy grande y, con frecuencia impediría la circulación, o más bien pasaría en este caso que las acciones no podrían ser vendidas y compradas muy a menudo.

3.7.23 Sin duda es el origen de estos capitales o dinero depositado en el Banco y que es sacado sólo en raras ocasiones, como cuando el dueño del capital se involucra en alguna transacción o cuando necesita dinero en efectivo para las compras pequeñas lo que explica por qué el Banco mantiene en reserva sólo la cuarta o la sexta parte de la plata contra la cual emite monedas. Si el Banco no tuviera los fondos de muchos de estos capitales en el curso normal de circulación, se vería obligado, como los bancos privados, a mantener la mitad de sus depósitos en mano parea ser solventes. Es ciero que los libros del Banco y sus transacciones no distinguen esos capitales de aquellos que pasan por varias manos en las compras y ventas realizadas en las casas de cambio privadas. Estos billetes son a menudo renovadas en el Banco y canjeadas contra otras en las adquisiciones. Pero la experiencia de las compras y ventas de acciones nos muestran claramente que el total es considerable, y sin estas adquisiciones y ventas las sumas depositadas en el Banco serían ciertamente menores.

3.7.24 Esto significa que cuando un Estado no está en deuda y no tiene necesidad de compras y ventas de acciones para ayudar al Banco, estas serán menos necesarias y menos importantes.

3.7.25 En 1720 el capital de la acción pública y de las Burbujas que eran trampas y de las compañías privadas de Londres al canzó el valor de 800 millones de libras esterlinas y, sin embargo, las compras y ventas de dichas acciones pestilentes se llevaron a cabo sin dificultad a través de la cantidad de notas de todo tipo que fueron emitidos, mientras que el papel moneda fue aceptado en pago de los intereses. Pero tan pronto comko la idea de obtener grandes fortunas idujo a muchos individuos a aumentar sus gastos, a comprar carruajes y lino y lana extranjeros, se necesita efectivo para todo esto, y también para el pago de los intereses, y esto rompe todos los sistemas.

3.7.26 El ejemplo nos enseña que el papel y el crédito de los bancos públicos y privados pueden dar resultados sorprendentes en todo lo que no se refiere a los gastos ordinarios de bebidas y comidas, ropa y otras necesidades de la familia, pero en el curso normal de la circulación de la ayuda de los bancos y el crédito de este tipo es mucho más pequeño y menos sólido de lo que generalmente se supone. Sólo la plata es el nervio real de la circulación.

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