Texto el Ensayo III - V

PARTE III


CAPÍTULO V



SOBRE El AUMENTO Y LA DISMINUCIÓN DE LA DENOMINACIÓN DE LA MONEDA

3.5.1 De acuerdo a los principios que hemos establecido, la cantidad de dinero circulando ofrecida en intercambio fija y determina el precio de todo en una nación teniendo en cuenta la rapidez o la lentitud de su circulación

3.5.2 Sin embargo, a menudo vemos que en los aumentos y disminuciones practicados en Francia sufren extrañas variaciones de tal manera que se podría suponer que los precios de mercado se corresponden más bien con el valor nominal de la moneda que con su cantidad ofrecida en intercambio, esto es, con la cantidad de libras tornesas en la moneda de cuenta en vez de la cantidad de marcas y onzas, lo que parece directamente opuesto a nuestros principios.

3.5.3 Supongamos que, como ocurrió en 1714, la onza de plata o écu vale en la actualidad 5 libras, y el Rey publica una Real Ordenanza que ordena la reducción del valor del écu cada mes durante 20 meses, a saber, un 1% por cada mes hasta reducir su valor nominal a 4 libras en lugar de 5. Vamos a ver las consecuencias de este acto, teniendo en cuenta el espíritu de la Nación.

3.5.4 Todos los que deben dinero se apresurarán a pagar durante las disminuciones para no perder dinero durante este proceso. Empresarios y comerciantes encuentran más rentable pedir dinero prestado. Consiguen préstamos, se imaginan que no pagan intereses y compran mercaderías. Incluso elevan los precios por la violencia de sus demandas. Los vendedores no quieren deshacerse de sus mercancías cambiándolas por un dinero que pierde valor nominal en sus manos. Se vuelcan hacia las mercancías extranjeras e importan cantidades considerables de ellas para el consumo de varios años. Todo esto causa que el dinero circule más rápidamente y eleve el precio de todo. Los altos precios previenen a los extranjeros de comprar mercancías en Francia como tienen por costumbre. Francia guarda sus propias mercancías al mismo tiempo que importa grandes cantidades. Esta doble operación es la razón por la que considerables cantidades de mercancías en especie deben ser enviadas al extranjero para pagar la balanza [comercial].

3.5.5 La tasa de cambio nunca cae para mostrar este inconveniente. Normalmente, [la tasa de] el intercambio cae entre un 6 y un 10% contra Francia durante estas disminuciones. Las personas ilustradas de Francia atesoran su dinero en situaciones como esta. El Rey encuentra la manera de pedir mucho dinero prestado pues de buena gana pierde valor con la disminución, proponiéndose compensarse a sí mismo de la disminución con un aumento al final de dicho período.

3.5.6 Con este objetivo, y después de varias disminuciones, se empieza a acumular dinero en el Tesoro Real mediante el aplazamiento de los pagos, de las pensiones y de los pagos al ejército. En estas circunstancias al final de esta sucesión de disminuciones el dinero se vuelve extremadamente raro, tanto por la razón de las sumas acumuladas por el Rey y varios individuos como por el valor nominal de la moneda, cuyo valor ha disminuido. Las cantidades enviadas al extranjero también contribuyen mucho a la escasez de la moneda, y esta escasez provoca que los empresarios vendan las mercaderías al 50 o 60% por debajo de los precios vigentes al iniciarse las primeras disminuciones. La circulación comercial cae. Es difícil encontrar dinero para enviar al mercado. Muchos empresarios y comerciantes quiebran y sus productos son vendidos a precio de saldo.

3.5.7 Entonces el rey aumenta de nuevo la acuñación de monedas, establece la nueva emisión de écus u onzas de plata al valor de 5 libras y comienza con esta nueva acuñación a pagar las tropas y las pensiones. Las viejas monedas son desmonetizadas y recibidas en la Casa de la Moneda al viejo valor nominal. El Rey obtiene beneficio con la diferencia.

3.5.8 Pero todas las sumas de la nueva acuñación que provienen de la Casa de la Moneda no son suficientes para restaurar la circulación monetaria anterior. Las cantidades atesoradas y las enviadas al extranjero exceden con mucho el aumento del valor nominal de las nuevas monedas que vienen de la Casa de la Moneda.

3.5.9 El bajo coste de los productos en Francia hace fluir allí el dinero de los extranjeros, que encuentran un 50 o 60% más barato enviar oro o plata a Francia para comprar mercancías. De este modo el extranjero envía sus lingotes [de plata] a la Casa de la Moneda [de Francia] y recupera con facilidad la tasa pagada a dicha institución por amonedar sus lingotes. De esta manera el extranjero que envía sus lingotes a la Casa de la Moneda recupera con facilidad la tasa que esta cobra por amonedar sus lingotes. El extranjero se beneficia doblemente tanto del bajo precio de las mercancías que compra, como de la tasa de la Casa de la Moneda que realmente recae sobre el francés que vende sus productos al extranjero. Los extranjeros tienen mercancía para el consumo de varios años. Revenden a los holandeses, por ejemplo, las especias que compraron a los franceses por dos tercios de lo que pagaron. Todo esto tiene lugar gradualmente, el extranjero decide comprar esas mercancías a Francia sólo por su baratura. La balanza del comercio, que fue negativa en el momento de la disminución, se vuelve a su favor en el tiempo del aumento, y el Rey puede beneficiarse del 20 por ciento o más por todos los lingotes que llevaron a la Casa de la Moneda de Francia. Como los extranjeros deben ahora a Francia la balanza de comercio, y no tienen monedas de nuevo cuño en su país, se ven obligados a llevar sus lingotes y monedas de antiguo cuño a la Casa de la Moneda para obtener monedas de nuevo cuño para efectuar sus pagos. Pero esta balanza de comercio que los extranjeros deben a Francia es consecuencia de las mercancías que importaron de Francia por sus bajos precios.

3.5.10 Francia es víctima de estas operaciones. Paga precios muy altos por las mercancías extranjeras durante las disminuciones, las vende otra vez a precio muy bajo durante los aumentos a los mismos extranjeros, vende sus propias mercancías que había guardado durante las disminuciones de precios a precios bajo, y de esta manera, será muy difícil que todo el dinero que abandonó Francia durante las disminuciones vuelva al país durante los aumentos.

3.5.11 Si las nuevas monedas son falsificadas en el extranjero, como suele suceder, Francia pierde el 20% que corresponde al cargo de la Casa de la Moneda. Se produce una ganancia elevada para los extranjeros por los bajos precios de las mercaderías.

3.5.12 El rey obtiene un beneficio considerable de la tasa de la Casa de la Moneda, pero a Francia le cuesta más del triple de ese beneficio.

3.5.13 Es bien sabido que, cuando hay una balanza de comercio favorable a Francia y contra el extranjero, el Rey puede elevar los impuestos un 20% o más, mediante una nueva acuñación y un aumento del valor nominal de las monedas.Pero si la balanza de comercio hubiese estado contra Francia en el momento de la nueva acuñación y el aumento del valor, la operación no habría tenido éxito y el rey no habría obtenido un beneficio importante de la operación. La razón es porque sería necesario enviar dinero al extranjero. Pero el viejo écu es tan bueno en los países extranjeros como el nuevo. Siendo eso así, los judíos y los banqueros darían un sobreprecio o bono por las viejas monedas, y los individuos que pueden venderlos por encima del precio de la Casa de la Moneda, conseguirán sus propósitos. En la Casa de la Moneda sólo le dan 4 libras por su ecu, pero el banquero le dará primero 4 libras y cinco soles, después 4 libras con 10 y, por último, 4 libras con 15 soles [se entiende que está hablando de libras de París, por eso la subdivisión con soles y no con peniques y chelines]. Y esto es lo que puede suceder cuando un aumento de la emisión de monedas puede carecer de éxito. Difícilmente puede pasar esto cuando el aumento de la acuñación después de las desgravaciones indicadas, porque entonces el equilibrio natural se vueve a favor de Francia, como ya hemos explicado.

3.5.14  La experiencia del aumento de 1726 puede servir para confirmar todo esto. Las disminuciones que habían precedido a este aumento se hicieron de repente y sin previo aviso. Esto impidió que la balanza comercial se volviera totalmente a favor de Francia en el aumento de 1726, pocas personas se tomaron su vieja moneda de la Casa de la Moneda, y el impuesto de la Casa de la Moneda tuvo que ser abandonado.



3.5.15 No está dentro de mis pretensiones explicar las razones de los Ministros para reducir la acuñación de repente, ni las razones que les llevaron al proyecto del aumento de 1726. He mencionado los aumentos y disminuciones en Francia sólo porque sus resultados parecen entra en conflicto con los principios que he establecido de que la abundancia o escasez de moneda en un estado aumenta o baja los precios proporcionalmente.

3.5.16 Después de explicar los efectos de bajar y aumentar la acuñación de la moneda, tal como es practicada en Francia, mantengo que nada refuerza o debilita mis principios, aunque he dicho que lo que costó 20 libras o cinco onzas antes de la bajada referida antes de la bajada referida, ni siquiera cuesta 4 onzas o 20 libras después del aumento, haré esta afirmación sin apartarme de mis principios, porque hay menos dinero en circulación que antes de las disminuciones, como ya he explicado. Las dificultades del cambio en los tiempos y las operaciones sobre las que hemos estado hablando provocan variaciones en los precios de las cosas y en el interés del dinero, que no se puede tomar como una regla en los principios comunes de circulación y los acuerdos comerciales.

3.5.17 El cambio en el valor nominal del dinero ha tenido en todos los momentos históricos el efecto de algún desastre o escasez en la Nación, o por la ambición de algún principe o individuo. En el año 157 dC, Solón aumentó el valor nominal del dracma de Atenas después de una sedición y abolición de deuda. Entre el año 490 y 512 dC, la República romana aumentó varias veces el valor nominal de sus monedas de cobre, por lo que vino a valer seis. El pretexto fue satisfacer las necesidades del Estado y pagar las deudas incurridas en su Primera Guerra Púnica. Esto no dejó de causar una gran confusión. En el 663, Livio Druso aumentó el valor nominal de las monedas de plata en una octava parte, disminuyendo su pureza en esa proporción, y esto dio ocasión a introducir la confusión en el cambio. En el año 712 dC, Marco Antonio en su triunvirato aumentó el valor nominal de la plata en un 5%, mezclando hierro con la plata para satisfacer las necesidades del Triunvirato. Muchos emperadores degradaban o aumentaban el valor de la moneda. Los reyes de Francia en diferentes épocas han hecho lo mismo. Esta es la razón por la que la libra tornesa, qwue valía una libra de peso de plata, sehundió a un valor tan bajo. Estos procedimientos nunca fallaron en producir desordenes en el país. Importa poco o nada que el valor nominal de las monedas siempre sea permanente. La pistole de España tiene un valor de 9 libras o florines de Holanda, alrededor de 18 libras en Francia, 37 libras y 10 soles en Venecia y 50 libras en Parma. Los valores son intercambiado entre diferentes países en la misma proporción. El precio de todo aumenta gradualmente cuando el valor nominal de las monedas aumenta, y la cantidad real en peso y la pureza de las monedas, teniendo en cuenta la rapidez de la circulación, es la base y el regulador de los valores. Un país ni gana ni pierde por el aumento o la disminución de estas monedas siempre y cuando mantenga la misma cantidad de ellas, aunque los individuos puedan ganar o perder por la variación en función de sus compromisos. Todo el mundo está lleno de falsos prejuicios e ideas por el valor nominal de su monedaje. Hemos mostrado en el capítulo sobre los intercambios que la norma invariable de ellos es el precio y la finura de las moendas en circulación en los distintos países, marco por marco y libra por libra. Si una elevación o descenso del valor nominal cambia durante un tiempo en Francia, esto sucede solo durante una crisis y dificultad en el comercio. Un regreso a su valor intrínseco es siempre hecho poco a poco, en que los precios son traidos de vuelta tanto en el mercado como en el comercio interior.

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