Texto El Ensayo I - X

PARTE I
Capítulo X
El precio y el valor intrínseco de una cosa en general es la medida de la tierra y del trabajo que entran en su producción
1.10.1 Un acre de tierra produce más cereal o da de comer a más ovejas que otro acre. El trabajo de un hombre es más caro que el de otro, según la destreza y las circunstancias, como hemos explicado ya. Si dos acres de tierra son de la misma buena fertilidad, el uno alimentará tantos corderos y producirá la misma cantidad de lana que el otro, suponiendo que el trabajo sea el mismo, y la lana producida por el uno se venderá al mismo precio que la producida por el otro.
1.10.2 Si la lana producida en un acre se destina a confeccionar un vestido tosco, y la lana de la otra para un traje tela fina, como este último exigirá mayor cantidad de trabajo, y un trabajo más caro que el primero, puede llegar a ser diez veces más cara, aunque uno y otro vestidos contengan la misma cantidad de lana, de la misma calidad. La cantidad del producto de la tierra, y la cantidad de trabajo, así como su calidad, se reflejarán necesariamente en el precio.
1.10.3 Una libra de lino convertida en finos encajes de Bruselas, requiere el trabajo de catorce personas durante un año, o el de una persona durante catorce años, como pude advertirse mediante el calculo de las diferentes partes del trabajo registrado en el suplemento [NOTA DEL TRADUCTOR: el suplemento se pedió], donde también vemos que el precio pagado por esos encajes basta para atender al sustento de una persona durante catorce años, y para pagar, también los beneficios de todos los empresarios y comerciantes interesados.
1.10.4 El resorte de acero fino que regula la marcha de un reloj de Inglaterra se vende ordinariamente a un precio en el que la proporción del material con el trabajo, o del acero con el resorte, es como de uno a un millón, de manera que, en este caso, el trabajo absorbe el valor casi entero del resorte. Véase el cálculo que reproducimos en el Suplemento.
1.10.5 De otro lado, el precio del heno de una pradera, en el lugar mismo, o de un bosque que se quiera talar, se fija por la materia o producto de la tierra, de acuerdo con su calidad.
1.10.6 El precio de un cántaro de agua del río Sena no vale nada, porque su abundancia es tan grande que el líquido no se agota; pero por él se paga un sueldo en las calles de París, lo cual representa el precio o la medida del trabajo del aguador.
1.10.7 Mediante estos ejemplos e inducciones, espero haber aclarado que el precio o valor intrínseco de una cosa es la medida de la cantidad de tierra y de trabajo que intervienen en su producción, teniendo en cuenta la fertilidad o producto de la tierra, y la calidad del trabajo.
1.10.8 Pero ocurre a menudo que muchas cosas, actualmente dotadas de un cierto valor intrínseco, no se venden en el mercado conforme a ese valor: ello depende del humor y la fantasía de los hombres y del consumo que de tales productos se hace.
1.10.9 Si un señor abre canales y erige terrazas en su jardín, el valor intrínseco estará proporcionado a la tierra y al trabajo, pero el precio en verdad no seguirá siempre esta proporción: si ofrece el jardín en venta, puede ocurrir que nadie esté dispuesto a resarcirle la mitad del gasto que ha hecho; y también puede suceder que si varias personas lo desean, le ofrezcan el doble del valor intrínseco, del valor de la finca y del gasto realizado.
1.10.10 Si los campesinos de un Estado siembran más cereal que de ordinario, es decir mucho más del que hace falta para el consumo del año, el valor intrínseco y real del cereal corresponderá a la tierra y al trabajo que intervinieron en su producción; pero a causa de esta excesiva abundancia, y existiendo más vendedores que compradores, el precio del cereal en el mercado descenderá necesariamente por debajo del precio o valor intrínseco. Si, al contrario, los agricultores siembran menos cereal del necesario para el consumo, habrá más compradores que vendedores, y el precio del trigo en el mercado se elevará por encima de su valor intrínseco.
1.10.11 Jamás existe variación en el valor intrínseco de las cosas, pero la imposibilidad de adecuar la producción de mercancías y productos a su consumo en un Estado, origina una variación cotidiana, y un flujo y reflujo perpetuos en los precios del mercado. Sin embargo, en las sociedades bien administradas, lo precios de los artículos, y mercaderías en el mercado, cuyo consumo es bastante constante y uniforme, no difieren mucho del valor intrínseco, y cuando los años no son estériles o abundantes en demasía, los regidores de la ciudad se hallan en condiciones de fijar el precio de mercado de muchas cosas, como el pan y la carne, sin que nadie tenga motivo de queja.
1.10.12 La tierra es la materia, y el trabajo la forma de todos los productos y mercaderías, y como quienes la trabajan necesariamente han de subsistir a base del producto de la tierra, parece que podría encontrarse una relación entre el valor del trabajo y del producto de la tierra: este será el tema del siguiente capítulo.

RESUMEN:  "el precio o valor intrínseco de una cosa es la medida de la cantidad de tierra y de trabajo que intervienen en su producción, teniendo en cuenta la fertilidad o producto de la tierra, y la calidad del trabajo." En este punto, Cantillon es un precursor de Adam Smith y su valor natural. Algunos bienes han sido casi completamente producidos con la tierra y, al contrario, otros casi enteramente con trabajo. El valor intrínseco nunca cambia, pero el precio cambia de acuerdo a la oferta y la demanda. Cantillon se aparta un poco del liberalismo clásico que inicia Adam Smith al asegurar que en los artìculos de consumo regular y, exceptuando los años demasiado buenos o demasiado malos, los regidores de la ciudad pueden fijar el precio.


CAPÍTULO XI

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