Texto El Ensayo I - XII

PARTE I

Capítulo XII

Todas las clases e individuos de un Estado subsisten o se enriquecen a costa de los propietarios de tierras

1.12.1 Sólo el príncipe y los terratenientes viven con independencia; todas las demás clases y todos los habitantes están contratados o son empresarios. Las pruebas y los detalles serán deserrollados en el próximo capítulo.

1.12.2 Si el príncipe y los terratenientes cercan sus haciendas, y no se esfuerzan porque sean cultivadas, es evidente que no habría alimento ni ropa para ninguno de los habitantes del Estado: por lo tanto todos los habitantes del Estado no sólo subsisten a base del producto de la tierra que se trabaja por los beneficios de los terratenientes, sino también a expensas de los mismos propietarios de cuyas propiedades se deriva todo lo que ellos tienen.

1.12.3 Los colonos retienen ordinariamente los dos tercios del producto de la tierra, uno para los gastos y sustento de sus asistentes, y otro para el beneficio de su emprendimiento: de estos dos tercios el granjero proporciona, directa o indirectamente, subsistencia a todos los viven en el campo, e incluso a muchos artesanos o empresarios de la ciudad, que les suministran las mercancías de la ciudad que en el campo consumen.

1.12.4 El propietario obtiene generalmente el tercio del producto de su tierra, y de ese tercio mantiene a todos los artesanos y otras personas a las que da empleo en la ciudad, asi como también a los carreteros que llevan los productos del campo de las ciudades.

1.12.5 Generalmente se calcula que la mitad de los habitantes de un Estado subsiste y hacen su morada en las ciudades, y la otra mitad en el campo; en base a estos supuestos, el colono que posee los dos tercios o los cuatro sextos del producto de la tierra, cede directa o indirectamente un sexto a los habitantes de la ciudad, a cambio de las mercancías que de ellos recibe; sumado esto al tercio o a los dos sextos que el propietario gasta en la ciudad, resultan los tres sextos una mitad del producto de la tierra. Este cálculo no lo hacemos sino para dar una idea general de la proporción; pero, en el fondo, si la mitad de los habitantes permanece en la ciudad, gastará más de la mitad del producto de la tierra, puesto que los de la ciudad viven mejor que los del campo y gastan más productos de la tierra, ya que todos son artesanos o dependientes de los propietarios, y por consiguiente están mejor mantenidos que los ayudantes y dependientes de los granjeros.

1.12.6 Pero sea este asunto como sea, si examinamos los medios de subsistencia de un habitante, encontramos siempre, al remontarnos hasta la fuente, que estos medios crecen de la tierra del terrateniente, bien de los dos tercios del del colono, bien sea del tercio que resta al terratenientes.

1.12.7 Si un terrateniente no tuviese más cantidad de tierra que la encomendada a un solo colono, éste último obtendría de ella una subsistencia mejor que el primero; pero los señores y los grandes terratenientes que poseen grandes latifundios y viven en las ciudades, tienen, a veces, varios centenares de colonos, y en cada Estado los colonos son un reducido número, en relación con el total de los habitantes.

1.12.8 Evidentemente, en las grandes ciudades existen a menudo empresarios y artesanos que viven del comercio exterior, y, por consiguiente, a expensas de los terratenientes extranjeros: pero hasta ahora me limito a considerar un solo Estado, en relación a su producto y a su industria, para no complicar mi argumento con circunstancias accidentales.

1.12.9 La tierra pertenece a los propietarios, pero sería inútil para ellos si no se trabajase. Cuanto más trabajo se ponga en ella, en igualdad de circunstancias, más producirá; y cuanto más se trabajan estos productos, en igualdad de circunstancias, mayor valor tendrán como mercancías. Todo esto hace que los terratenientes tengan necesidad de otros habitantes, como éstos la tienen de aquellos; pero en esta economía son los terratenientes, quienes tienen la disposición y la dirección de sus tierras, quienes han de dar el giro más ventajoso y poner en movimiento al conjunto. Así, todo en un Estado depende de la fantasía, los métodos y maneras de vivir de los propietarios de las tierras, como trataré de esclarecer más adelante en este Ensayo.

1.12.10 Es la necesidad y la urgencia lo que permite subsistir en el estado a los granjeros y artesanos de toda especie, a los comerciantes, oficiales, soldados, y marinos, criados y todos los demás elementos que trabajan o son empleados en el Estado. Toda esta clase de trabajadores no sólo sirven al príncipe y a los propietarios, sino también a sí mismos; así que hay muchos que no trabajan directamente para los propietarios de las tierras, y así pasa inadvertido que subsisten de sus fondos, y viven en expensas suyas. En cuanto a los que ejercen profesiones que no son necesarias, como los bailarines, comediantes, pintores, músicos, etc., sólo se les mantiene en el Estado para diversión u ornato, y su número es siempre muy reducido, en comparación con el resto de los habitantes.



CAPÍTULO XIII

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