Texto El Ensayo II - VIII

PARTE II

CAPÍTULO VIII

Reflexiones posteriores sobre el mismo tema.


2.8.1 Hemos visto que la cantidad de dinero que circula en un estado puede ser aumentada
mediante el trabajo de las minas que en él se hayan, por los subsidios de poderes extranjeros, por la inmigración de familias extranjeras, por la residencia de embajadores y viajeros, pero sobre todo por la balanza positiva de comercio al suministrarles mercancías a los extranjeros y obtener de ellos al menos una parte del importe en oro y plata. es por este medio que un país crece más, especialmente cuando el comercio es acompañado y apoyado por una amplia navegación y por una considerable producción de materias primas en el país que ofrecen el material necesario para la producción de productos y mercancías que se enviarán posteriormente al extranjero.

2.8.2 Como sin embargo, la continuación del comercio introduce una gran cantidad de dinero y poco a poco aumenta el consumo, y para enfrentarlo, deben ser traídos al país más productos extranjeros y parte de la balanza anual se va en pagar dichas mercancías. De otro lado, el hábito de gastar más aumenta el empleo de los trabajadores y el precio de las mercancías manufacturadas. Sin duda, algunos países extranjeros tratan de establecer por si mismos los mismos tipos de manufacturas y dejar de comprar las mismas en el país en cuestión; y aunque estos nuevos establecimientos de artesanías y manufacturas no serán al principio perfectos, disminuyen e incluso impiden las exportaciónes del país vecino a su propio país donde pueden ser más baratos.

2.8.3 Asi es que el país pierde algunas ramas de su lucrativo comercio: y muchos de sus obreros y artesanos, al ver disminuir el trabajo, abandonan el país para encontrar trabajo en los países que tienen esas nuevas manufacturas. A pesar de esta disminución del saldo comercial, la costumbre de importar productos continuará. Los artículos y manufacturas del país que tenga una gran reputación y facilidades de navegación que les permitan enviarlos a un coste pequeño a países distantes mantendrá durante muchos años las ventajas sobre las fábricas nuevas de las que hemos hablado y todavía mantendrán una pequeña balanza comercial. Sin embargo, si otros países marítimos intentan mejorar los mismos artículos, y al mismo tiempo, su navegación, y debido a lo barato de los precios de sus manufacturas, al mismo tiempo le saca varias ramas del comercio del país en cuestión. En consecuencia, este país empieza a perder su balanza comercial y se verán obligados a enviar una parte de su dinero al extranjero para pagar por sus importaciones.

2.8.4 Además, incluso si el país en cuestión es capaz de mantener una balanza comercial positiva a pesar de su mayor abundancia de dinero, es razonable suponer que esta abundancia no llegará sin que muchos individuos ricos se sumerjan en el lujo. Comprarán cuadros, piedras preciosas, sedas y objetos raros en el extranjero, estableciendo con ello un ejemplo de lujo en el país que, a pesar de la ventaja en el comercio ordinario, su dinero saldrá al extranjero cada año para pagar su lujo. Esto gradualmente empobrecerá al país y será la causa de pasar de un estado de gran poder a otro de gran debilidad.

2.8.5 Cuando un país ha llegado al punto más alto de su riqueza (asumo siempre que la riqueza comparativa de los países consiste principalmente en las respectivas cantidades de dinero que poseen) caerá inevitablemente en la pobreza por el devernir ordinario de las cosas. La abundancia excesiva de dinero, que hasta el presente forma parte del poder de los países, les arroja imperceptible pero naturalmente, a la pobreza. Así parecería que, cuando un estado se expande por el comercio y la abundancia de dinero eleva los precios de la tierra y el trabajo, el príncipe o el legislador debern retirar dinero de la circulación, guardarlo para emergencias y tratar de retardar su circulación por todos los medios excepto la coacción o la mala fe, con el fin de evitar la excesiva carestía de la vida de sus artículos y prevernir los inconvenientes del lujo.

2.8.6 Pero como no es fácil prevenir el momento oportuno para ello, ni saber cuando el dinero se ha vuelto más abundante de lo que debería ser para el bien y la preservación de las ventajas del país, el prícipe y los jefes de las repúblicas, que no se preocupan mucho de este tipo de conocimientos, se unen sólo para hacer uso de las facilidades que encuentran a través de la abundancia de los ingresos del Estado, para ampliar su poder e insultar a otros países con los pretextos más frívolos. Y considerando todas las cosas, quizás los gobernantes no hagan tan mal trabajando para perpetuar la gloria de sus reinos y administraciones, y dejar monumentos a su poder y su riqueza; ya que, según el curso natural de la humanidad, el país debe colapsar por si mismo, no hacen sino acelerar su caída un poco. Sin embargo, parece que ellos deben esforzarse por hacer que su poder dure todo el tiempo de su propia administración.

2.8.7 No se necesitan muchos años para aumentar la abundancia al punto más alto de un país, pero todavía se necesitan menos para llevarlo a la pobreza por la falta de comercio y amnufacturas. Por no hablar del poder y la caída de la República de Venecia, las ciudades hanseáticas, Flandes y Brabante, la República de Holanda, etc., que han tenido éxito en cada una de las ramas del comercio rentables; uno podría decir que el poder de Francia se ha visto incrementado sólo desde 1646 (cuando las manufacturas de telas se han establecido alli, que hasta entonces tenían ropas) hasta 1684, cuando un número de empresarios y artesanos fueron expulsados del país, y que ese reino no ha hecho más que retroceder desde la última fecha.

2.8.8 A juzgar por la abundancia y la escasez de dinero en circulación, no conozco mejor medida que los contratos de arendamiento y los alquileres de los propietarios. Cuando las tierras se alquilan a rentas muy altas, esto es una señal de la abundancia de dinero en el país. Pero cuando la tierra se debe alquilar a precios mucho más bajos, esto muestra, en igualdad de condiciones, que el dinero es escaso. He leído en un État de la France que un acre de viñedo que fue alquilado en 1660 cerca de Nantes, y por lo tanto no muy lejos de la capital de Francia, por 200 libras turnoise en peso, fue alquilado en 1700 por sólo 100 libras turnoise de dinero amonedado, a pesar de que la plata traída desde las Indias Occidentales en dicho intervalo de tiempo normalmente debería haber elevado el precio de la tierra en Europa.

2.8.9 El autor [del État] atribuye esta caída de la Renta a una baja en el consumo. Y parece que él había observado una caída en el consumo de vino. Pero pienso que confundió el efecto con la causa. La causa fue una mayor escasez del dinero en Francia, y el efecto de esto fue una caída en el consumo de vino. Al contrario, en este Ensayo, siempre he sugerido que la abundancia del dinero aumenta naturalmente el consumo y contribuye, por encima de todo, al cultivo de la tierra. Cuando el dinero es abundante, se plantea producir a precios respetables, los habitantes se apresuran a trabajar para adquirirlo; pero ellos no tienen la misma prisa para adquirir productos y mercancías más allá de lo necesario para su mantenimiento.

2.8.10 Es evidente que todos los países que tienen más dinero en circulación que sus vecinos tiene una ventaja mientras mantenga la abundancia de dinero.

2.8.11 En primer lugar, en todas las ramas del comercio, la abundancia del dinero da menos tierra y trabajo de la que recibe: el precio de la tierra y el dinero, valorado en dinero, es superior en el país donde el dinero es más abundante. Así, el país en cuestión recibe el producto de 2 acres a cambio del producto de un acre, y el trabajo de dos hombres por el de uno sólo. Es debido a esta abundancia de dinero que el trabajo de una bordadora inglesa cuesta más que el de 10 bordadoras chinas, pese a que las bordadoras chinas trabajan más y mejor que las inglesas. En Europa uno se asombra como estos indios, trabajar tan barato, y como los productos tan admirables que nos envían cuestan tan poco.

2.8.12 En segundo lugar, donde el dinero abunda, los ingresos del Estado pueden aumentarse con mucha más facilidad y comparativa en una cantidad mucho mayor. Esto le da al país, en caso de guerra y conflicto, los medios de obtener toda clase de ventajas frente a sus adversarios donde el dinero es más escaso.

2.8.13 Si de dos príncipes que guerrean por el dominio o la conquista de un país, uno tiene mucho más dinero que el otro, pero este último tiene propiedades que valen mucho más que el dinero del primero, el primero podrá conseguir más del doble de generales y oficiales, pagándoles con su dinero, que el primero con sus tierras y propiedades. Los dones de la tierra son caducos y objetos de desafío y no se puede confiar en ellos tanto como en el dinero. Con dinero se compra municiones y alimentos incluso de los enemigos del país. El dinero se entrega para el servicio secreto sin testigos. Las tierras, productos y mercancías no sirven para estos propósitos. Después de todo, me parece que el poder y la riqueza comparativos, en igualdad de condiciones, es la mayor o menor abundancia de dinero que circula en ellos hic et nunc.

2.8.14 Quedan por mencionar otros dos métodos de aumentar la cantidad de dinero en circulación activa en el país. La primera es cuando empresarios y personas individuales toman dinero en préstamo a interés de sus corresponsales extranjeros, o individuos extranjeros envían su dinero al país para comprar allí acciones o valores del Gobierno. A menudo, esto equivale a sumas muy considerables sobre los que el país deberá pagar un interés anual a esos extranjeros. Estos métodos de aumentar el dinero en el país lo hace más abundante allí y disminuye la tasa de interés. Por medio de este dinero, los empresarios en el país encuentran facilidades para pedir préstamos más baratos para establecer manufacturas y contratar trabajadores con la esperanza de obtener ganancias. Los artesanos y todos aquellos por cuyas manos pasa el dinero, consumen más de lo que habrían consumido si ellos no hubieran estado empleados por mediación de ese dinero, el cual, como consecuencia, aumenta los precios como si este hubiera pertenecido al Estado, y aumentan los ingresos públicos debido al aumento del consumo o de los gastos y al consiguiente aumento de los impuestos sobre el consumo. Las sumas prestadas al Estado de esta forma trae consigo muchas ventajas en el presente, pero al final la situación se vuelve onerosa y perjudicial. El país debe pagar intereses a los extranjeros cada año, y además de esto, se encuentra a merced de los extranjeros, quienes siempre pueden ponerlo en dificultades cuando retiren su capital. Sin duda llegará el día en que los extranjeros querrán retirar su dinero en el momento en que el Estado tenga más necesidad de él, como cuando se realizan los preparativos para una guerra. Los intereses pagados a los extranjeros son siempre mucho más altos que los aumentos de los ingresos públicos inicial. A menudo se ven estos préstamos de dinero circular de un país a otro según la confianza que los inversores tengan en los países a los que envían su dinero. Pero, a decir verdad, con mayor frecuencia ocurre que los Estados, cargados con estos préstamos por muchos años, caen en la quiebra y en la incapacidad de pagar el capital. Tan pronto como se despierta la desconfianza, las acciones o valores gubernamentales caen, los inversores extranjeros no les gusta darse cuenta de esa pérdida y prefieren contentarse con el interés, con la esperanza de que la confianza revivirá. Pero a veces esa confianza nunca se revive. En los países que caen en la decadencia, la principal ocupación de los ministros es restaurar la confianza y así atraer el dinero extranjero mediante préstamos de este tipo. Pero a menos que el Ministerio no pueda mantener la fe y respetar sus compromisos, el dinero circulará sin interrupción. Es el dinero de los extranjeros lo que tiene el poder de incrementar la circulación del dinero en el país.

2.8.15 Pero el recurso de estos préstamos, que dan una facilidad en el presente, terminan en un mal final y en un fuego de paja [NOTA DEL TRADUCTOR: fuego de paja hace referencia a un asunto que empieza con mucha fuerza pero termina mal o, al menos, sin lograr los objetivos deseados]. Para revivir un país, es necesario tener la precaución de lograr una afluencia de un ingreso anual, un equilibrio real y constante de la balanza del comercio, hacer próspera la navegación para enviar al extranjero a menor coste los artículos y productos manufacturados cuando el país está en una condición baja y con escasez de dinero. Los mercaderes son los primeros en comenzar a hacer sus fortunas, después los abogados podrían tomar parte de ella, el príncipe y los labradores obtienen una parte de sus ingresos de los primeros, y distribuyen sus gracias a su placer. Cuando el dinero llega a ser demasiado abundante en el país, el lujo se diseminará por doquier y el país entrará en decadencia.

2.8.16 Éste es apróximadamente el círculo que puede ser ejecutado por un país que tiene un considerable capital y habitantes industriosos. Un Ministro hábil es siempre capaz de hacer que comience de nuevo este círculo. No se necesitan muchos años para intentarlo y obtener el éxito, al menos al principio, que es su posición má sinteresante. La incrementada cantidad de dinero en circulación será percibido de diversas maneras, que mi argumento no me permite examinar ahora.

2.8.17 En cuanto a los países que no tienen mucho capital, y que sólo pueden aumentarlo por los accidentes y por la coyuntura, es difícil encontrar medios para hacerlo florecer mediante el comercio. Ningún ministro puede restaurar las Repúblicas de Venecia y de Holanda a la brillante situación de la que han caído. Sin embargo. en cuanto a Italia, España, Francia e Inglaterra, por bajo que hayan caído, aún son capaces de elevarse por una buena administración a un alto nivel de poder solamente por el comercio, siempre que se realicen por separado, por si todos estos países estuvieran igual de bien administrados, serían grandes sólo en proporción a su respectivo capital y a la mayor o menor industria de su población.

2.8.18 El último método que se me ocurre para aumentar la cantidad de dinero realmente circulando en un país es la violencia y las armas, y a menudo es mezclado con los otros, ya que en todos los tratados de paz, por lo general, siempre se mantiene la comercialización de derechos y privilegios que se han podido obtener con la guerra. Cuando un Estado impone contribuciones a otros Estados, éste es un método muy seguro para obtener su dinero. No me comprometeré a examinar los métodos de puesta en práctica, pero me contentaré con decir que todas las naciones que han florecido de esta manera no han dejado de declinar, al igual que los países que han florecido por su comercio. Los antiguos romanos eran más poderosos de este modo que todos los demás pueblos que conocemos. Sin embargo, estos mismos romanos, antes de perder una sola pulgada de sus vastas propiedades, cayeron en decadencia por el lujo, lo que les llevó a ocasionar la cantidad de dinero que habían tendi en circulación entre ellos, así que dicho lujo pasó de su Gram Imperio hacia los países orientales.

2.8.19 Mientras el lujo de los romanos (que no comenzó hasta la derrota de Antíoco, rey de Asia en A. U. C. 564 - 242 antes de Cristo) [NOTA DEL TRADUCTOR: Debe haber un error en las fechas de Cantillón, porque el único Antíoco derrotado por los romanos fue Antíoco III el Grande, que fue derrotado por los romanos 2 veces en la guerra romano -siria, en la batalla de las Termópilas (191 A. C.) y en la batalla de Magnesia (190 A. C.)] se limita a los productos de la tierra y del trabajo de sus vastos dominios, la velocidad del dinero aumentó en vez de disminuir. El público estaba en posesión de todas las minas de oro, plata y cobre en todo el Imperio. Tenían las minas de Asia, Macedonia, Aquilea y las ricas minas de oro y plata de España y otros países. Tenían varias casas de la moneda donde acuñaban monedas de oro, plata y cobre. El consumo que Roma hacía de todo tipo de artículos y mercaderías que sacaron de sus vastas provincias no disminuyó la circulación de su divisa, lo mismo que los cuadros, estatuas y joyas que de ellos obtuvieron. Aunque los patricios pagaron cantidades excesivas por sus fiestas, uno de ellos pagó 15.000 onzas de plata por un sólo pez, todo lo que no disminuye la cantidad de dinero que circula en Roma, ya que los tributos que las provincias pagan a Roma vuelve a ellas de vuelta, por no hablar de los pretores y gobernadores llevados allí por sus extorsiones. Los importes anuales extraídos de las minas simplemente aumentó la circulación en Roma durante el reinado de Augusto. Sin embargo, el lujo estaba ya en una escala muy grande, y había mucho entusiasmo, no sólo por las curiosidades que produjo el imperio, sino también para las joyas, la pimienta y las rarezas de la India, y todas las rarezas de Arabia, y las sedas, que no fueron hechas con las materias primas del Imperio, y todo ello empezó a ser demandado. Sin embargo, el dinero extraído de las minas todavía seguía superando las sumas enviadas fuera del Imperio para comprar todas estas cosas. Sin embargo, bajo Tiberio, hubo escasez de dinero. Aquel emperador había encerrado en su tesorería 2 billones 700 mil millones de sextercios. Para restaurar la abundancia de la circulación sólo tenía que pedir una hipoteca por 300 millones de esa moneda sobre sus tierras. Calígula pasó todo ese tesoro de Tiberio en menos de un año al dominio público, y entonces la circulación del dinero alcanzó su apogeo en Roma. La furia por el lujo siguió aumentando. En los tiempos de Plinio, el historiador [NOTA DEL TRADUCTOR: parece que se refiere a Plinio el Viejo, porque escribió 20 volúmenes de Historia de las Guerras Germánicas, mientras que su sobrino Plinio el Joven destacó en la poesia, y en varias disciplinas científicas, astronomía, física, botánica, astronomía, geografía, botánica, zoología y medicina, todas recopiladas en su Historia Natural, pero no en historia], se exportó desde el Imperio más de 100 millones de sextercios, según sus cálculos. Esto era más de lo que fue extraído de las minas. Bajo Trajano, el precio de la cayó un tercio o más, según Plinio el Joven, y el dinero continuó disminuyendo hasta los tiempos del emperador Séptimo Severo. El dinero era entonces tan escaso que el emperador mandó construir enormes graneros, al no poder reunir un gran tesoro para sus empresas. Así, el Imperio Romano cayó en decadencia antes de perder ninguna de sus posesiones. He aquí lo que siempre provocó el lujo y lo que siempre provocará en circunstancias similares.


CAPÍTULO IX

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