Texto El Ensayo I - XV

PARTE I

Capítulo XV

El aumento y el descenso en el número de habitantes de un estado dependen principalmente de la voluntad, de los modas y de los modos de vivir de los terratenientes.

1.15.1 La experiencia nos muestra que se puedan multiplicar los árboles, plantas y otros vegetales hasta donde lo permita la extensión de tierra que se destine a sustentarlos.

1.15.2 La misma experiencia nos demuestra todos los animales de la creación se multiplican hasta el número que la tierra destinada a ellos puede soportar. Los caballos, vacas, ovejas se multiplicarán hasta el número que la tierra pueda soportar. Los campos que sirven para este apoyo pueden ser mejorados por el riego como en Milán. El heno puede ser guardado y el ganado alimentado con él en los cobertizos y con ello se puede criar un mayor número que si fueran dejados pastar en las praderas. Las ovejas pueden ser alimentadas con nabos, como en Inglaterra, con lo que un acre de tierra puede alimentar a un mayor número de cabezas que si estuviese sembrado de pastos. En una palabra, podríamos multiplicar todo género de animales, hasta la cifra deseada, incluso hasta el infinito, si se dispusiera, hasta el infinito también, de tierras adecuadas para nutrirlos, y la multiplicación de los animales no tiene otros límites más que la mayor o la menor cantidad de medios asignados a su subsistencia. No se tiene que dudar que si todas las tierras se destinaran al mero sustento del hombre, la humanidad se multiplicaría hasta la cifra que esas tierras podrían soportar, en la manera que explicaremos.

1.15.3 No hay país donde la población sea llevada a tan gran número que en China. Las gentes pobres son alimentadas sólo de arroz y agua de arroz; trabajan casi desnudas, y en las provincias del sur recolectan tres abundantes cosecha de arroz cada año, gracias a la gran atención que dedican a la agricultura. La tierra nunca está en barbecho y rinde el cien por cien cada año. Los que se visten lo hacen generalmente con vestidos de algodón, que necesita tan poca tierra para crecer, que un acre posiblemente puede producir la cantidad de algodón suficiente para vestir cinco personas adultas. Los chinos, por los principios de su religión están obligados a casarse, y crían tantos hijos como los medios de su subsistencia pueden soportar. Consideran como un crimen poner las tierras en barbecho, el empleo de las tierras para parques o jardines de placer, defraudando al público para su mantenimiento. Llevan a los viajeros en sillas de manos, y destinan el trabajo de los caballos para los trabajos que no puede ser realizados por el hombre. Según los relatos de viajes, su número es increíble pero sin embargo, se ven obligados a destruir a muchos de sus hijos en la misma cuna, cuando se dan cuenta de que no ven el modo de criarlos, conservando sólo el número de los que pueden alimentar. Mediante un trabajo duro e incansable extraen de los ríos una extraordinaria cantidad de pescado, y de la tierra todo cuanto se puede obtener de ella.

1.15.4 Sin embargo cuando llegan años estériles mueren de hambre por millares, a pesar del cuidado del Emperador, que almacena arroz en grandes cantidades para semejantes trances. Numeroso como es el pueblo de China, necesariamente guarda proporción con los medios de subsistencia, y no rebasan la cifra de los que el país puede sustentar, según el género de vid que les es propio; y un solo acre de tierra basta para alimentar a varios de ellos.

1.15.5 De otro lado no hay país donde la multiplicación de las gentes sea más limitada que entre lo salvajes del interior de América. Ignoran la agricultura, viven en los bosques y de las bestias salvajes que allí encuentran. Como los bosques consumen la fertilidad y sustancia de la tierra, hay poco hierba para alimentar a esos animales; y como cada indio consume varios al año, cincuenta a cien acres, no dan alimento bastante para un solo indio.

1.15.6 Uno de estos pequeños poblados de indios suele disponer de unos cuarenta leguas cuadradas [NOTA DEL TRADUCTOR: una legua es aprox. 5 kms, una legua cuadrada alrededor de 25 km2; 4o leguas serían aprox. 1.000 km2, aprox. un cuadrado de 32 kms de lado] como coto de caza. Sus habitantes se enzarzan en guerras crueles por cuestiónes del límites, y siempren mantienen su número en proporcion a los medios que encuentran de subsistir a base de la caza.

1.15.7 Los europeos cultivan la tierra y producen cereales para su subsistencia. La lana de sus carneros les permite vestirse. El trigo es el grano de que se alimenta la mayor parte de sus gentes, aunque muchos aldeanos hacen su pan de centeno, y en el Norte, de cebada y de avena. La cantidad de alimento de los aldeanos y del resto del pueblo no es la misma en todos los lugares de Europa, pues las tierras son a menudo diferentes en cuanto a excelencia y fertilidad.

1.15.8 La mayoría de las tierras de Flandes y una parte de las de Lombardía rinden de dieciocho a veinte veces la cantidad sembrada sin hacer barbecho; el campo de Nápoles ronde todavía más. Hay algunas propiedades en Francia, en España, en Inglaterra y en Alemania que cosechan cantidades semejantes. Cicerón nos informa que las tierras de Sicilia producían en sus días diez por uno, y Plinio el Viejo afirma que las tierras leontinas de Sicilia daban cien veces la semilla, las de Babilonia hasta ciento cincuenta, y algunas tierras de Africa todavía más.

1.15.9 Hoy las tierras de Europa rinde un promedio de seis veces la semilla; de tal manera que queda un saldo de cinco veces la semilla para el consumo de los habitantes. Las tierras descansan ordinariamente el tercer año, produciendo trigo candeal durante el primero, y sarraceno en el segundo.

1.15.10 En el Suplementeo hemos calculado la tierra necesaria para la subsistencia de un hombre, en los diferentes supuestos de su modo de vivir. Mediante esos datos comprobamos que un hombre que vive con pan, ajo y tubérculos, que va vestido de cañamo, en ropa interior muy burda, se calza con zuecos y no bebe más que agua, como es el caso de muchos aldeanos en las regiones meridionales de Francia, puede subsistir a base del producto de un acre y medio de tierra de calidad mediana, que rinde seis veces la semilla y descansa una vez cada tres años. De otro lado, un hombre adulto, calzado con zapatos de cuero y medias, que lleva vestido de lana, vive en una casa y muda su ropa interior, posee lecho, sillas una mesa y otras cosas necesarias, que bebe moderadamente cerveza o vino y come todos los días carne, manteca, queso, pan, legumbres, etc. todo ello en cantidad suficiente pero moderada, puede procurarse todo esto con el producto de cuatro a cinco acres de tierra de mediana calidad. Es cierto que en estos cálculos no se reserva ninguna tierra para el mantenimiento de las caballerías, sólo se trata de las necesidades para labrar la tierra o para el transporte de los productos alimenticios a diez millas de distancia

1.15.11 La Historia registra que cada uno de los primeros romanos mantenía su familia con el producto de dos jornales de tierra, equivalentes a un acre de París, o sean trescientos treinta pies cuadrados, poco más o menos [NOTA DEL TRADUCTOR: 1 pie equivale a 0.9144 m2; 330 pies cuadrados son 302 m2]. Iban, también, casi desnudos; no consumían vino ni aceite, dormían sobre paja y apenas disfrutaban de comodidades; pero como trabajaban mucho la tierra, que es bastante buena en los alrededores de Roma, cosechan gran cantidad de granos y legumbres.

1.15.12 Si los propietarios de tierra estimularan el aumento de población y se estimulara a los campesinos a casarse jóvenes, y a tener hijos, prometiéndoles proveer a su subsistencia, destinando las tierras solamente a esto, sin duda se multiplicarían hasta el número que las tierras pudiesen soportar, de acuerdo con los productos de la tierra necesaria a la subsistencia de cada uno, ya sea un acre y medio, o cuatro a cinco acres por persona.

1.15.13 Pero si en vez de esto, el príncipe o los propietarios de las tierras las emplean para otros usos distintos que el sustento de los habitantes; si, teniendo en cuenta el precio ofrecido en el mercado por los productos alimenticios y mercaderías, los labriegos propenden a destinar la tierra a otros usos distintos de los del sustento de sus semejantes (porque hemos visto que el precio que los propietarios ofrecen en el mercado, y el consumo que hacen, determinan el empleo que se da a las tierras, del mismo modo que si ellos mismos las explotaran), el número de habitantes disminuirá necesariamente. Algunos, por falta de empleo, se verán obligados a abandonar el país; otros careciendo de los medios necesarios para criar a sus hijos, no se casarán nunca, y sólo lo harán en época tardía, después de haber ahorrado algo para sostener su hogar.

1.15.14 Si los propietarios de las tierras que viven en el campo se mudan a ciudades alejadas de sus tierras, será necesario criar caballos para transportar a la ciudad sus medio de subsistencia, y los de los sirvientes domésticos, artesanos y otros, atraídos a la ciudad por los señores que en ella residen.

1.15.15 El transporte de los vinos de Borgoña a París cuesta, a menudo, más que el vino en la Borgoña; y a consecuencia de ello, las tierras empleadas para el sustento de las caballerías empleadas en el transporte y de aquellos que cuidan de ellos, superan en extensión a las tierras que producen vino, y las tierras que mantienen a quienes participan en su producción. Cuantos más caballos se crían en un Estado, menos comida quedará disponibles para el pueblo. El mantenimiento de los caballos de carroza, de caza o de carga, exige a menudo tres o cuatro acres de tierra, por animal.

1.15.16 Pero cuando los señores y los propietarios de tierras adquieren en el extranjero sus lienzos, sedas y encajes, y para pagarlos envían al exterior productos naturales de su propio país, disminuyen con ello extraordinariamente las posibilidades de subsistencia de sus compatriotas, y aumentan las de las extranjeros, que muchas veces se convierten en enemigos del propio Estado.

1.15.17 Si un propietario o noble polaco, a quien sus colonos pagan anualmente un Renta aproximadamente de un tercio del producto de su tierra, le place usar telas, lienzos, etc., de los Países Bajos, quizás pagará por estas mercancías la mitad de su Renta, y empleará la otra mitad para la subsistencia de su familia en otros artículos y mercaderías toscas, producidas en Polonia: en nuestro supuesto, la mitad de su Renta, corresponde a las sexta parte del producto de sus tierras, y esta sexta parte será llevada a Holanda, a quienes los colonos polacos la entregarán en forma de trigo, lana, cañamo y otros artículos. He aquí pues una sexta parte de la tierra en Polonia retirada de su pueblo, ello sin contar con la comida para los caballos de coches, carrozas y carga, que se crían en Polonia, para atender el régimen de vida propio de los señores. Además, si sobre los dos tercios del producto de las tierras que manejan directamente los colonos, imitando a sus amos, consumen manufacturas extranjeras, y saldan su importe, al exterior, en materias primas de Polonia, habrá un buen tercio del producto de las tierras polacas sustraídas a la subsistencia de los habitantes, y, lo que es peor, la mayor parte de ese producto se enviará al extranjero, procurando, a menudo, sustento a los enemigos del estado. Si los propietarios de las tierras y los señores de Polonia se avinieran a consumir en un principio manufacturas de su propio país, por deficientes que fueran, poco a poco harían mejorar su calidad, y ocuparían en su producción un mayor número de sus conciudadanos, en lugar de dar esta ventaja a los extranjeros: y si todos los países mostraron un parecido empeño en no dejarse engañar por los demás en el comercio, cada estado adquiriría importancia en proporción a sus productos y a la laboriosidad de sus habitantes.

1.15.18 Si a las damas de París les place llevar encajes de Bruselas, y si Francia paga dichos encajes con vino de Champagne, hará falta pagar el producto de un solo acre, destinado al cultivo de lino, con el producto de más de 16,000 acres de viñedo, si mis cálculos son exactos. Explicaremos esto con más detalle en otro lugar y los cálculos podremos verlos en el Suplemento. Por ahora me limitaré a observar que en este tipo de comercio se sustrae una gran parte del producto de la tierra a la subsistencia de los franceses, y que todos los artículos enviados a países extranjeros, a menos que una cantidad equivalente del producto sea recibida de vuelta, tienden a disminuir el número de habitantes del Estado.

1.15.19 Cuando dije que los propietarios de tierras podrían multiplicar los habitantes hasta el número de los que dichas tierras pueden mantener, supongo que la mayor parte de los hombres no desean nada mejor que casarse, si están en posición de mantener sus familias en el mismo estilo de vida en que ellos mismos estaban ellos contentos, es decir que si un hombre se contenta con el producto de un acre y medio de tierra, contraerá matrimonio siempre que esté seguro de tener lo bastante para mantener a su familia del mismo modo; pero si aspira a vivir del producto de cinco a diez acres, no se apresurará a casarse, a menos que no piense sostener a su familia en un nivel más bajo.

1.15.20 En Europa, los hijos de la nobleza se educan en la abundancia, y como se da ordinariamente la mayor parte del patrimonio a los primogénitos, los hijos varones más jóvenes no tienen prisa por casarse. Usualmente viven solteros, ya sea en el ejército o en los claustros, pero raramente rechazarán el matrimonio si les ofrecen ricas herederas, o los medios de mantener una familia en igualdad de condiciones que han conocido, y sin el cual correrían el peligro de hacer a sus hijos desgraciados.

1.15.21 También en las clases inferiores del Estado encontramos hombres quienes, por orgullo o por razones semejantes a las de la nobleza, prefieran vivir en celibato y gastar en sí mismos lo poco que tienen antes que establecerse en la vida familiar. Sin embargo, la mayor parte de estas gentes crearían muy a gusto un hogar, si pudiesen contar con mantenerla como desearían: se considerarían a si mismos como cometiendo una injusticia si los llevaran a caer en una clase inferior a la suya. No hay sino un reducido número de habitantes en un Estado que evitan el matrimonio por frivolidad; todos los de los órdenes inferiores desean vivir y criar hijos que puedan por lo menos vivir como ellos. Cuando los trabajadores y artesanos no se casan, es porque esperan ahorrar algo establecer una casa, o de encontrar alguna muchacha que aporte un pequeño capital ya que vemos a otros como ellos que por falta de semejante precaución comienzan un hogar y caen en la más espantosa pobreza, viéndose obligados ellos mismos a privarse de su propia comida para alimentar a sus hijos.

1.15.22 Por las observaciones del señor Halley, de Breslau [NOTA DEL TRADUCTOR: esta ciudad pertenece en la actualidad a Polonia, Breslau en alemán Bratislav en checo y Broclaw, en polaco] en Silesia, se encontró que entre todas las mujeres capaces de procrear y comprendidas entre las edades de dieciséis y cuarenta y cinco años, no hay una, entre seis, [NOTA DEL TRADUCTOR: alrededor de un 15%] que dé a luz efectivamente un hijo cada año, cuando, según el señor Halley debería haber cuatro o seis que cada año tuviesen descendencia, sin contar las estériles o las que abortan. La razón por la cual cuatro mujeres de cada seis no tienen hijos cada año, es que no pueden casarse a causa de los desalientos y las dificultades que encuentran en su camino. Una joven tiene cuidado de no convertirse en madre, si no está casada; no puede casarse si no encuentra un hombre que quiera correr el riesgo. La mayor parte de los habitantes en un Estado son asalariados o empresarios; la mayor parte son dependientes, viven en la incertidumbre de si encontrarán trabajo o un emprendimiento rentable, el medio de mantener su hogar, en el modo que se imaginan. Por lo tanto no todos se casan, o se casan tan tarde, que de seis mujeres, o de cuatro, por lo menos, que deberían parir un hijo cada año, sólo hay una de cada seis que se convierta en madre.

1.15.23 Si los propietarios de las tierras ayudan a sostener las familias, una sola generación es suficiente para aumentar la población tan lejos como el producto de la tierra pueda suministar los medios de subsistencia necesarios. Los niños no requieren tantos productos como un adulto. Unos y otros pueden vivir, más o menos, del producto de la tierra, según lo que consuman. Las gentes del Norte, donde la tierra produce poco, se sabe que viven con tan poco producto, que han enviado colonos y enjambres humanos para invadir las tierras del Sur, destruyendo a sus habitantes para apropiarse de sus tierras. Según las diferentes maneras de vivir, cuatrocientos mil habitantes podrían subsistir con el mismo producto de la tierra que regularmente sólo sustenta a cien mil. Un hombre que vive del producto de un acre y medio de tierra será quizá más fuerte y grueso que el que gasta el producto de cinco a diez acres. por lo tanto parece bastante claro que el número de habitantes de un Estado dependa de los medios a ellos asignados para su sustento; y como los medios de subsistencia dependen del método de cultivar la tierra, y el uso de ésta depende, a su vez, de la voluntad, del gusto y del género de vida de los propietarios de la misma, es evidente que de ellos depende la multiplicación o decrecimiento de la población de los países.

1.15.24 El incremento de la población, o incremento de la población, puede ser llevado más tarde sobre todo en los países cuyos habitantes se contentan con vivir más pobremente y gastar el mínimo del producto de la tierra; pero en los países en que todos los campesinos y labriadores tienen por costumbre comer a menudo carne, o beber vino o cerveza, no es posible que se dé sustento a tantos habitantes.

1.15.25 El caballero William Petty y, después de él, el señor Davenant, Inspectores de Aduanas en Inglaterra, parecen alejarse de la naturaleza, cuando tratan de estimar la propagación de la raza, por generaciones progresivas desde Adán, el primer padre. Sus cálculos parecen puramente imaginarios, y trazados al azar. Sobre la base de lo que han visto de la tasa de natalidad efectiva en ciertas regiones, ¿cómo podrían explicar el descenso de la población de los países populosos, que antes se veían en Asia, en Egipto e incluso en los pueblos de Europa? Si hace diecisiete siglos había veintiséis millones de habitantes en Italia, ahora reducidos a seis millones, ¿cómo podría determinarse, por las progresiones del señor King, que Inglaterra, que hoy dispone de cinco a seis millones de habitantes, tendrá probablemente trece millones dentro de un cierto número de años? Vemos a diario que los ingleses, en general, consumen más cantidad de productos de la tierra que sus padres, y ésta es la razón verdadera por la que hoy hay menos habitantes que en el pasado.

1.15.26 Los hombres se multiplican como los ratones en un granero, si cuentan con medios ilimitados para subsistir. Los ingleses en las colonias se harán más numerosos, en proporción, dentro de tres generaciones, que en Inglaterra en treinta, porque en las colonias encuentran para el cultivo nuevas extensiones de tierras apropiadas para el cultivo de donde expulsan a los salvajes.

1.15.27 En todos los países y en todos las eras, los hombres han reñido guerras por las tierras, y por los medios de subsistencia. Cuando las guerras han aniquilado o disminuido a los habitantes de un país, los salvajes, y las naciones civilizadas pronto las repueblan en los días de paz; sobre todo cuando el príncipe o los propietarios de las tierras procuran el necesario estímulo.

1.15.28 Un Estado que ha conquistado diversas provincias puede lograr, por los tributos que impone a los pueblos por él vencidos, un aumento de subsistencia para sus habitantes. Los romanos sacaban gran parte de la suya de Egipto, de Sicilia y de Africa, y es esto lo que hacía Italia tuviera entonces una población tan numerosa.

1.15.29 Un Estado donde se hay minas y talleres para confeccionar artículos que no exigen gran cantidad del producto de la tierra, para su envío a países extranjeros, y que retira, en intercambio comercial, muchos artículos alimenticios y otros productos de la tierra, ve incrementarse el fondo disponible para la subsistencia de sus súbditos.

1.15.30 Los holandeses cambian su trabajo mediante la navegación, bien sea la pesca o las manufacturas, con los extranjeros, generalmente, por el producto de las tierras. De otro modo Holanda no podría sostener, a base de sus propias posibilidades, la mitad de su población. Inglaterra obtiene del extranjero cantidades considerables de madera, cáñamo y otras materias o productos de la tierra, y consume gran cantidad de vino que paga con productos de las minas, manufacturas, etc. Esto les ahorra una gran cantidad de productos de la tierra. Sin esta ventaja, los habitantes de Inglaterra, teniendo en cuenta el gasto que se hace para sustentarlos, no podrían ser tan numerosos como lo son los efectos. Las minas de carbón ahorran muchos millones de acres de tierra que de otro modo se necesitarían para la producción de madera.

1.15.31 Pero todas estas ventajas son refinamientos y casos accidentales a los cuales solo menciono aquí incidentalmente. La manera natural y constante de aumentar el número de habitantes de un estado es encontrarles empleo en él y hacer que las tierras produzcan lo necesario para sostenerlos.

1.15.32 Es también un problema al margen de mi investigación saber si vale más tener una gran cantidad de habitantes pobres y mal proveídos que un número más pequeño pero mejor atendidos. Un millón de habitantes que consumen el producto de seis acres por cabeza, o cuatro millones que viven del de un acre y medio.

CAPÍTULO XVI

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