Texto El Ensayo I - XIV

PARTE I
Capítulo XIV
Las fantasías, las modas y los modos de vida del príncipe, y en especial de los terratenientes determinan el uso en que la tierra es puesta en el estado, y causan, en el mercado, las variaciones de los precios de todas las cosas.
1.14.1 Si el propietario de un latifundio (el cual quiero considerar ahora como si no hubiera ningún otro en el mundo) lo cultiva por sí mismo, lo hará a su modo en cuanto a la utilización de las tierras: 1º Destinará necesariamente un parte al mantenimiento de todos los agricultores, artesanos y mayordomos que trabajan para él; otra parte se aplicará a alimentar los bueyes, carneros y otros animales necesarios para su vestido y alimento, o para otras comodidades, según sus gustos; 2º dedicará una porción de sus tierras a parques, jardines y árboles frutales, o a viñedos, según su inclinación, y a praderas para procurar pasto a los caballos, de los cuales se sirva para su recreo, etc.
1.14.2 Supongamos ahora que para evitar tantos cuidados y preocupaciones, haga un cálculo con los capataces de su labriegos; que les dé granjas o parcelas de su tierra; que les deja el cuidado de atender ordinariamente a todos estos agricultores sobre los cuales actúa como capataz, de tal modo que, convertidos así los capataces en granjeros o empresarios, ceden a los labradores, por el trabajo de la tierra o granja, otro tercio del producto, tanto para su sustento como para su vestido y otras comodidades, análogas a las que tenían cuando el propietario administraba su trabajo. Supongamos, además, que el propietario haga un pacto con los capataces de los artesanos, respecto a la cantidad de alimento y de otras cosas que antes les daba; que los convierta en maestros artesanos; que establezca una medida común, como la plata, para fijar el precio al cual los granjeros les venderán lana y el precio al que ellos venderán paños a los agricultores, y que los precios estén regulados del tal modo que los maestros artesanos tengan las mismas ventajas y goces que tenían, poco más o menos, cuando eran capataces; y que los oficiales artesanos cuentan también con un sustento semejante al de pasada época. El trabajo de los oficiales artesanos se regulará por jornal o a destajo; las mercancías por ellos confeccionadas, ya sean sombreros, medias, zapatos, trajes etc., serán vendidas al propietario, a los colonos, a los agricultores y a los otros artesanos, respectivamente, a un precio susceptible de procurar a todos las mismas ventajas de que gozaban; y los colonos venderán a un precio proporcional, sus productos y materias primas.
1.14.3 Ocurrirá entonces que los capataces, transformados en empresarios, se convertirán también en dueños absolutos de quienes trabajan bajo su dirección, y tendrán, más cuidado y satisfacción trabajando por su cuenta. Suponemos, pues, que tras este cambio todos los habitantes de esa vasta hacienda de nuestro ejemplo subsisten lo mismo que antes y como consecuencia digo que se emplearán todas las parcelas y granjas de esta gran propiedad para los mismos fines y usos a que se destinaban.
1.14.4 En efecto, si algunos de los colonos siembran más cereales que de ordinario, criarán un número más reducido de ovejas, y tendrán menos lana y menos carne de cordero para vender. Por lo tanto, habrá demasiado grano y poca lana para el consumo de los habitantes. La lana se encarecerá, obligando a los habitantes a llevar sus trajes durante más tiempo del acostumbrado, y habrá un gran mercado de granos y un excedente para el siguiente año. Y como suponemos que el propietario ha estipulado en plata el pago del tercio de los productos del campo, los colonos con exceso de granos y escasez de lana no estarán en condiciones de pagarle sus rentas. Si el terrateniente les libera del de su deuda, al año siguiente tendrán buen cuidado de producir menos granos y más lana; porque los colonos se esfuerzan siempre por emplear sus tierras produciendo aquellos artículos que a su juicio obtendrán un precio más alto en el mercado. Asi, si en el año siguiente dispusieran de lana en exceso y hubiera escasez de granos para el consumo, no dejarán de cambiar de año en año el uso de la tierra, hasta llegar a la proporción aproximada en que su producción se equipare bastate bien al consumo de los habitantes. Así, un granjero que haya logrado adaptarse, poco más o menos, a las exigencias del consumo, destinará una porción de sus tierras o praderas, para disponer de heno; otra a cereales, a lana, y así sucesivamente; y no cambiará de método a menos que no advierta alguna variación considerable en el consumo; pero en el ejemplo presente hemos supuesto que todos los habitantes viven casi del mismo modo que vivían cuando el propietario mismo administraba sus tierras, y, por consiguiente, los colonos emplearán la tierra para los mismos usos que antes.
1.14.5 El propietario, que tiene a su disposición un tercio del producto de la tierra, es el agente principal en los cambios que podrían ocurrir en la demanda. Los labradores y artesanos viven al día, y no cambian su modo de vivir sino por necesidad. Si algunos colonos, maestros artesanos u otros empresarios acomodados varían en sus gastos y consumo, toman siempre por modelo a los señores y propietarios de las tierras. Los imitan en su vestido, en su cocina y en su modo de vivir. Si a los colonos les place vestir buena ropa blanca, sedas o encajes, el consumo de estas mercaderías será mayor que el de los propietarios mismos.
1.14.6 Si un señor o un propietario, que ha dado todas sus tierras a colonos, tiene el capricho de cambiar su régimen de vida; si, por ejemplo, disminuye el número de sus sirvientes y aumenta el de sus caballos, sus criados no sólo se verán obligados a abandonar la hacienda de este señor, sino que también habrán de hacerlo un número proporcional de artesanos y labradores antes ocupados en procurarles su sustento: la porción de tierra que se empleaba en mantenerlos será utilizada en mayor escala como praderas para los caballos, y si todos los propietarios de un Estado procediesen del mismo modo, pronto se multiplicaría el número de caballos y disminuiría el de los habitantes.
1.14.7 Cuando un propietario ha despedido un gran número de sirvientes y aumentado el número de sus caballos, habrá demasiado grano para el consumo de los habitantes, y, por consiguiente el este se venderá a un precio menor; en cambio, el heno se encarecerá. Esto hará que los colonos aumenten la extensión de sus praderas y disminuyen las cantidad de cereales, para guardar proporción con el consumo. Es así como los caprichos o fantasías de los propietarios determinan el empleo que se da a las tierras, y ocasionan las variaciones del consumo que son causa de las de los precios en el mercado. Si todos los terratenientes, en un Estado, administraran por sí mismo las tierras, las emplearían en producir lo que les agradara; y como las variaciones del consumo están principalmente motivadas por su régimen de vida, los precios que ofrecen en el mercado deciden a los colonos a todas las variaciones introducidas en el empleo y uso de las tierras.
1.14.8 Paso por alto en esta oportunidad las variaciones de los precios del mercado que pueden resultar de las buenas o malas cosechas, y el consumo extraordinario ocasionado por ejércitos extranjeros o por otras circunstancias; procedo así para complicar el asunto, considerando sólo un Estado en su situación natural y uniforme.

CAPÍTULO XV

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