Texto El Ensayo II - I

PARTE II

CAPÍTULO I

DEL TRUEQUE

2.1.1 En la parte I se hizo un intento para probar que el valor real de todas las cosas depende de la cantidad de tierra usada en su producción y el mantenimiento de aquellos que viven de ella. En esta parte segunda, después de resumir los diferentes grados de fertilidad de la tierra en varios países, y los diferentes clases de productos que pueden dar a luz con la mayor abundancia de acuerdo con su calidad intrínseca y suponiendo la creación de estas ciudades y sus mercados para facilitar la venta de estos productos, se mostrará mediante la comparación de los intercambios que pueden hacerse, vino por tela, cereales por zapatos, sombreros, etc, y por la dificultad con la que los transportes de los diferentes productos y mercancías, lo que supondría que era imposible fijar su valor intrínseco, se mostrará, repetimos, que el hombre tenía la necesidad absoluta de encontrar una sustancia fácilmente transportable, no perecedera y que tuviera en peso una proporción o valor igual a los diferentes productos y mercaderías, necesarias o convenientes. De allí surgió la elección del oro y la plata para los grandes negocios y del cobre para los pequeños intercambios.

2.1.2 Estos metales no sólo son duraderos y faciles de transportar, sino que además corresponden al empleo de una gran cantidad de tierra para su producción, lo que les da el valor real deseable para el intercambio.

2.1.3 El Sr. Locke, que como todos los escritores ingleses que escriben sobre este tema, ha mirado sólo a los precios de mercado, establece que el valor de todas las cosas es proporcional a su abundancia o escasez, y la abundancia o escasez de la plata por la que son intercambiadas. Es generalmente sabido que los precios de productos y mercancías han crecido en Europa después que una gran cantidad de plata ha sido traída desde las Indias Occidentales.

2.1.4 Pero yo considero que debemos suponer, como regla general, que los precios de mercado de las cosas deben ser proporcionales a su cantidad y a la cantidad de plata que realmente circula en un lugar, porque los productos y mercaderías enviados lejos para su venta no influencian en el precio de las cosas que quedan.




CAPÍTULO II

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