Texto El Ensayo II - VIII

PARTE II

CAPÍTULO VIII

Reflexiones posteriores sobre el mismo tema.


2.8.1 Hemos visto que la cantidad de dinero que circula en un estado puede ser aumentada
mediante el trabajo de las minas que en él se hayan, por los subsidios de poderes extranjeros, por la inmigración de familias extranjeras, por la residencia de embajadores y viajeros, pero sobre todo por la balanza positiva de comercio al suministrarles mercancías a los extranjeros y obtener de ellos al menos una parte del importe en oro y plata. es por este medio que un país crece más, especialmente cuando el comercio es acompañado y apoyado por una amplia navegación y por una considerable producción de materias primas en el país que ofrecen el material necesario para la producción de productos y mercancías que se enviarán posteriormente al extranjero.

2.8.2 Como sin embargo, la continuación del comercio introduce una gran cantidad de dinero y poco a poco aumenta el consumo, y para enfrentarlo, deben ser traídos al país más productos extranjeros y parte de la balanza anual se va en pagar dichas mercancías. De otro lado, el hábito de gastar más aumenta el empleo de los trabajadores y el precio de las mercancías manufacturadas. Sin duda, algunos países extranjeros tratan de establecer por si mismos los mismos tipos de manufacturas y dejar de comprar las mismas en el país en cuestión; y aunque estos nuevos establecimientos de artesanías y manufacturas no serán al principio perfectos, disminuyen e incluso impiden las exportaciónes del país vecino a su propio país donde pueden ser más baratos.

2.8.3 Asi es que el país pierde algunas ramas de su lucrativo comercio: y muchos de sus obreros y artesanos, al ver disminuir el trabajo, abandonan el país para encontrar trabajo en los países que tienen esas nuevas manufacturas. A pesar de esta disminución del saldo comercial, la costumbre de importar productos continuará. Los artículos y manufacturas del país que tenga una gran reputación y facilidades de navegación que les permitan enviarlos a un coste pequeño a países distantes mantendrá durante muchos años las ventajas sobre las fábricas nuevas de las que hemos hablado y todavía mantendrán una pequeña balanza comercial. Sin embargo, si otros países marítimos intentan mejorar los mismos artículos, y al mismo tiempo, su navegación, y debido a lo barato de los precios de sus manufacturas, al mismo tiempo le saca varias ramas del comercio del país en cuestión. En consecuencia, este país empieza a perder su balanza comercial y se verán obligados a enviar una parte de su dinero al extranjero para pagar por sus importaciones.

2.8.4 Además, incluso si el país en cuestión es capaz de mantener una balanza comercial positiva a pesar de su mayor abundancia de dinero, es razonable suponer que esta abundancia no llegará sin que muchos individuos ricos se sumerjan en el lujo. Comprarán cuadros, piedras preciosas, sedas y objetos raros en el extranjero, estableciendo con ello un ejemplo de lujo en el país que, a pesar de la ventaja en el comercio ordinario, su dinero saldrá al extranjero cada año para pagar su lujo. Esto gradualmente empobrecerá al país y será la causa de pasar de un estado de gran poder a otro de gran debilidad.

2.8.5 Cuando un país ha llegado al punto más alto de su riqueza (asumo siempre que la riqueza comparativa de los países consiste principalmente en las respectivas cantidades de dinero que poseen) caerá inevitablemente en la pobreza por el devernir ordinario de las cosas. La abundancia excesiva de dinero, que hasta el presente forma parte del poder de los países, les arroja imperceptible pero naturalmente, a la pobreza. Así parecería que, cuando un estado se expande por el comercio y la abundancia de dinero eleva los precios de la tierra y el trabajo, el príncipe o el legislador debern retirar dinero de la circulación, guardarlo para emergencias y tratar de retardar su circulación por todos los medios excepto la coacción o la mala fe, con el fin de evitar la excesiva carestía de la vida de sus artículos y prevernir los inconvenientes del lujo.

2.8.6 Pero como no es fácil prevenir el momento oportuno para ello, ni saber cuando el dinero se ha vuelto más abundante de lo que debería ser para el bien y la preservación de las ventajas del país, el prícipe y los jefes de las repúblicas, que no se preocupan mucho de este tipo de conocimientos, se unen sólo para hacer uso de las facilidades que encuentran a través de la abundancia de los ingresos del Estado, para ampliar su poder e insultar a otros países con los pretextos más frívolos. Y considerando todas las cosas, quizás los gobernantes no hagan tan mal trabajando para perpetuar la gloria de sus reinos y administraciones, y dejar monumentos a su poder y su riqueza; ya que, según el curso natural de la humanidad, el país debe colapsar por si mismo, no hacen sino acelerar su caída un poco. Sin embargo, parece que ellos deben esforzarse por hacer que su poder dure todo el tiempo de su propia administración.

2.8.7 No se necesitan muchos años para aumentar la abundancia al punto más alto de un país, pero todavía se necesitan menos para llevarlo a la pobreza por la falta de comercio y amnufacturas. Por no hablar del poder y la caída de la República de Venecia, las ciudades hanseáticas, Flandes y Brabante, la República de Holanda, etc., que han tenido éxito en cada una de las ramas del comercio rentables; uno podría decir que el poder de Francia se ha visto incrementado sólo desde 1646 (cuando las manufacturas de telas se han establecido alli, que hasta entonces tenían ropas) hasta 1684, cuando un número de empresarios y artesanos fueron expulsados del país, y que ese reino no ha hecho más que retroceder desde la última fecha.

2.8.8 A juzgar por la abundancia y la escasez de dinero en circulación, no conozco mejor medida que los contratos de arendamiento y los alquileres de los propietarios. Cuando las tierras se alquilan a rentas muy altas, esto es una señal de la abundancia de dinero en el país. Pero cuando la tierra se debe alquilar a precios mucho más bajos, esto muestra, en igualdad de condiciones, que el dinero es escaso. He leído en un État de la France que un acre de viñedo que fue alquilado en 1660 cerca de Nantes, y por lo tanto no muy lejos de la capital de Francia, por 200 libras turnoise en peso, fue alquilado en 1700 por sólo 100 libras turnoise de dinero amonedado, a pesar de que la plata traída desde las Indias Occidentales en dicho intervalo de tiempo normalmente debería haber elevado el precio de la tierra en Europa.

2.8.9 El autor [del État] atribuye esta caída de la Renta a una baja en el consumo. Y parece que él había observado una caída en el consumo de vino. Pero pienso que confundió el efecto con la causa. La causa fue una mayor escasez del dinero en Francia, y el efecto de esto fue una caída en el consumo de vino. Al contrario, en este Ensayo, siempre he sugerido que la abundancia del dinero aumenta naturalmente el consumo y contribuye, por encima de todo, al cultivo de la tierra. Cuando el dinero es abundante, se plantea producir a precios respetables, los habitantes se apresuran a trabajar para adquirirlo; pero ellos no tienen la misma prisa para adquirir productos y mercancías más allá de lo necesario para su mantenimiento.

2.8.10 Es evidente que todos los países que tienen más dinero en circulación que sus vecinos tiene una ventaja mientras mantenga la abundancia de dinero.

2.8.11 En primer lugar, en todas las ramas del comercio, la abundancia del dinero da menos tierra y trabajo de la que recibe: el precio de la tierra y el dinero, valorado en dinero, es superior en el país donde el dinero es más abundante. Así, el país en cuestión recibe el producto de 2 acres a cambio del producto de un acre, y el trabajo de dos hombres por el de uno sólo. Es debido a esta abundancia de dinero que el trabajo de una bordadora inglesa cuesta más que el de 10 bordadoras chinas, pese a que las bordadoras chinas trabajan más y mejor que las inglesas. En Europa uno se asombra como estos indios, trabajar tan barato, y como los productos tan admirables que nos envían cuestan tan poco.

2.8.12 En segundo lugar, donde el dinero abunda, los ingresos del Estado pueden aumentarse con mucha más facilidad y comparativa en una cantidad mucho mayor. Esto le da al país, en caso de guerra y conflicto, los medios de obtener toda clase de ventajas frente a sus adversarios donde el dinero es más escaso.

2.8.13 Si de dos príncipes que guerrean por el dominio o la conquista de un país, uno tiene mucho más dinero que el otro, pero este último tiene propiedades que valen mucho más que el dinero del primero, el primero podrá conseguir más del doble de generales y oficiales, pagándoles con su dinero, que el primero con sus tierras y propiedades. Los dones de la tierra son caducos y objetos de desafío y no se puede confiar en ellos tanto como en el dinero. Con dinero se compra municiones y alimentos incluso de los enemigos del país. El dinero se entrega para el servicio secreto sin testigos. Las tierras, productos y mercancías no sirven para estos propósitos. Después de todo, me parece que el poder y la riqueza comparativos, en igualdad de condiciones, es la mayor o menor abundancia de dinero que circula en ellos hic et nunc.

2.8.14 Quedan por mencionar otros dos métodos de aumentar la cantidad de dinero en circulación activa en el país. La primera es cuando empresarios y personas individuales toman dinero en préstamo a interés de sus corresponsales extranjeros, o individuos extranjeros envían su dinero al país para comprar allí acciones o valores del Gobierno. A menudo, esto equivale a sumas muy considerables sobre los que el país deberá pagar un interés anual a esos extranjeros. Estos métodos de aumentar el dinero en el país lo hace más abundante allí y disminuye la tasa de interés. Por medio de este dinero, los empresarios en el país encuentran facilidades para pedir préstamos más baratos para establecer manufacturas y contratar trabajadores con la esperanza de obtener ganancias. Los artesanos y todos aquellos por cuyas manos pasa el dinero, consumen más de lo que habrían consumido si ellos no hubieran estado empleados por mediación de ese dinero, el cual, como consecuencia, aumenta los precios como si este hubiera pertenecido al Estado, y aumentan los ingresos públicos debido al aumento del consumo o de los gastos y al consiguiente aumento de los impuestos sobre el consumo. Las sumas prestadas al Estado de esta forma trae consigo muchas ventajas en el presente, pero al final la situación se vuelve onerosa y perjudicial. El país debe pagar intereses a los extranjeros cada año, y además de esto, se encuentra a merced de los extranjeros, quienes siempre pueden ponerlo en dificultades cuando retiren su capital. Sin duda llegará el día en que los extranjeros querrán retirar su dinero en el momento en que el Estado tenga más necesidad de él, como cuando se realizan los preparativos para una guerra. Los intereses pagados a los extranjeros son siempre mucho más altos que los aumentos de los ingresos públicos inicial. A menudo se ven estos préstamos de dinero circular de un país a otro según la confianza que los inversores tengan en los países a los que envían su dinero. Pero, a decir verdad, con mayor frecuencia ocurre que los Estados, cargados con estos préstamos por muchos años, caen en la quiebra y en la incapacidad de pagar el capital. Tan pronto como se despierta la desconfianza, las acciones o valores gubernamentales caen, los inversores extranjeros no les gusta darse cuenta de esa pérdida y prefieren contentarse con el interés, con la esperanza de que la confianza revivirá. Pero a veces esa confianza nunca se revive. En los países que caen en la decadencia, la principal ocupación de los ministros es restaurar la confianza y así atraer el dinero extranjero mediante préstamos de este tipo. Pero a menos que el Ministerio no pueda mantener la fe y respetar sus compromisos, el dinero circulará sin interrupción. Es el dinero de los extranjeros lo que tiene el poder de incrementar la circulación del dinero en el país.

2.8.15 Pero el recurso de estos préstamos, que dan una facilidad en el presente, terminan en un mal final y en un fuego de paja [NOTA DEL TRADUCTOR: fuego de paja hace referencia a un asunto que empieza con mucha fuerza pero termina mal o, al menos, sin lograr los objetivos deseados]. Para revivir un país, es necesario tener la precaución de lograr una afluencia de un ingreso anual, un equilibrio real y constante de la balanza del comercio, hacer próspera la navegación para enviar al extranjero a menor coste los artículos y productos manufacturados cuando el país está en una condición baja y con escasez de dinero. Los mercaderes son los primeros en comenzar a hacer sus fortunas, después los abogados podrían tomar parte de ella, el príncipe y los labradores obtienen una parte de sus ingresos de los primeros, y distribuyen sus gracias a su placer. Cuando el dinero llega a ser demasiado abundante en el país, el lujo se diseminará por doquier y el país entrará en decadencia.

2.8.16 Éste es apróximadamente el círculo que puede ser ejecutado por un país que tiene un considerable capital y habitantes industriosos. Un Ministro hábil es siempre capaz de hacer que comience de nuevo este círculo. No se necesitan muchos años para intentarlo y obtener el éxito, al menos al principio, que es su posición má sinteresante. La incrementada cantidad de dinero en circulación será percibido de diversas maneras, que mi argumento no me permite examinar ahora.

2.8.17 En cuanto a los países que no tienen mucho capital, y que sólo pueden aumentarlo por los accidentes y por la coyuntura, es difícil encontrar medios para hacerlo florecer mediante el comercio. Ningún ministro puede restaurar las Repúblicas de Venecia y de Holanda a la brillante situación de la que han caído. Sin embargo. en cuanto a Italia, España, Francia e Inglaterra, por bajo que hayan caído, aún son capaces de elevarse por una buena administración a un alto nivel de poder solamente por el comercio, siempre que se realicen por separado, por si todos estos países estuvieran igual de bien administrados, serían grandes sólo en proporción a su respectivo capital y a la mayor o menor industria de su población.

2.8.18 El último método que se me ocurre para aumentar la cantidad de dinero realmente circulando en un país es la violencia y las armas, y a menudo es mezclado con los otros, ya que en todos los tratados de paz, por lo general, siempre se mantiene la comercialización de derechos y privilegios que se han podido obtener con la guerra. Cuando un Estado impone contribuciones a otros Estados, éste es un método muy seguro para obtener su dinero. No me comprometeré a examinar los métodos de puesta en práctica, pero me contentaré con decir que todas las naciones que han florecido de esta manera no han dejado de declinar, al igual que los países que han florecido por su comercio. Los antiguos romanos eran más poderosos de este modo que todos los demás pueblos que conocemos. Sin embargo, estos mismos romanos, antes de perder una sola pulgada de sus vastas propiedades, cayeron en decadencia por el lujo, lo que les llevó a ocasionar la cantidad de dinero que habían tendi en circulación entre ellos, así que dicho lujo pasó de su Gram Imperio hacia los países orientales.

2.8.19 Mientras el lujo de los romanos (que no comenzó hasta la derrota de Antíoco, rey de Asia en A. U. C. 564 - 242 antes de Cristo) [NOTA DEL TRADUCTOR: Debe haber un error en las fechas de Cantillón, porque el único Antíoco derrotado por los romanos fue Antíoco III el Grande, que fue derrotado por los romanos 2 veces en la guerra romano -siria, en la batalla de las Termópilas (191 A. C.) y en la batalla de Magnesia (190 A. C.)] se limita a los productos de la tierra y del trabajo de sus vastos dominios, la velocidad del dinero aumentó en vez de disminuir. El público estaba en posesión de todas las minas de oro, plata y cobre en todo el Imperio. Tenían las minas de Asia, Macedonia, Aquilea y las ricas minas de oro y plata de España y otros países. Tenían varias casas de la moneda donde acuñaban monedas de oro, plata y cobre. El consumo que Roma hacía de todo tipo de artículos y mercaderías que sacaron de sus vastas provincias no disminuyó la circulación de su divisa, lo mismo que los cuadros, estatuas y joyas que de ellos obtuvieron. Aunque los patricios pagaron cantidades excesivas por sus fiestas, uno de ellos pagó 15.000 onzas de plata por un sólo pez, todo lo que no disminuye la cantidad de dinero que circula en Roma, ya que los tributos que las provincias pagan a Roma vuelve a ellas de vuelta, por no hablar de los pretores y gobernadores llevados allí por sus extorsiones. Los importes anuales extraídos de las minas simplemente aumentó la circulación en Roma durante el reinado de Augusto. Sin embargo, el lujo estaba ya en una escala muy grande, y había mucho entusiasmo, no sólo por las curiosidades que produjo el imperio, sino también para las joyas, la pimienta y las rarezas de la India, y todas las rarezas de Arabia, y las sedas, que no fueron hechas con las materias primas del Imperio, y todo ello empezó a ser demandado. Sin embargo, el dinero extraído de las minas todavía seguía superando las sumas enviadas fuera del Imperio para comprar todas estas cosas. Sin embargo, bajo Tiberio, hubo escasez de dinero. Aquel emperador había encerrado en su tesorería 2 billones 700 mil millones de sextercios. Para restaurar la abundancia de la circulación sólo tenía que pedir una hipoteca por 300 millones de esa moneda sobre sus tierras. Calígula pasó todo ese tesoro de Tiberio en menos de un año al dominio público, y entonces la circulación del dinero alcanzó su apogeo en Roma. La furia por el lujo siguió aumentando. En los tiempos de Plinio, el historiador [NOTA DEL TRADUCTOR: parece que se refiere a Plinio el Viejo, porque escribió 20 volúmenes de Historia de las Guerras Germánicas, mientras que su sobrino Plinio el Joven destacó en la poesia, y en varias disciplinas científicas, astronomía, física, botánica, astronomía, geografía, botánica, zoología y medicina, todas recopiladas en su Historia Natural, pero no en historia], se exportó desde el Imperio más de 100 millones de sextercios, según sus cálculos. Esto era más de lo que fue extraído de las minas. Bajo Trajano, el precio de la cayó un tercio o más, según Plinio el Joven, y el dinero continuó disminuyendo hasta los tiempos del emperador Séptimo Severo. El dinero era entonces tan escaso que el emperador mandó construir enormes graneros, al no poder reunir un gran tesoro para sus empresas. Así, el Imperio Romano cayó en decadencia antes de perder ninguna de sus posesiones. He aquí lo que siempre provocó el lujo y lo que siempre provocará en circunstancias similares.


CAPÍTULO IX

Texto El Ensayo II - VII

PARTE II

CAPÍTULO VII

Continuación sobre el mismo tema.

2.7.1 Como el oro, la plata y el cobre tienen un valor intrínseco proporcional a la cantidad de tierra y trabajo que entra en su producción en las minas más el coste de su importación o introducción en los estados que no tienen minas, la cantidad de dinero, como todas las otras mercaderías, determina su valor en la negociación en el mercado contra todas las otras cosas.

2.7.2 Si Inglaterra empieza por primera vez a hacer uso del oro, de la plata y el cobre en intercambios monetarios, los metales preciosos serán valorados de acuerdo a la cantidad de él en circulación en proporción a su poder de intercambio contra todas las otras mercancías y productos y se llegará a su valor en los vaivenes de los mercados. Al principio de esta valoración los terratenientes y empresarios fijarán los salarios de sus sirvientes domésticos y trabajadores a un tanto por día o por año para que ellos y sus familias puedan vivir de los salarios que reciben.

2.7.3 Supongamos ahora que la residencia de los embajadores y los viajeros extranjeros en Inglaterra han introducido tanto dinero en circulación como el importe que había antes; este dinero pasará a manos de artesanos, criados domésticos, empresarios y otros que han tenido alguna participación en proporcionar los carruajes y sus caballos, diversiones y espectáculos, etc. de esos extranjeros; los fabricantes, agricultores y otros empresarios sentirán el dinero de este incremnto del dinero, lo cual habituará a un gran número de personas a un mayor gasto que antes, y en consecuencia esto hará subir los precios de mercado. Incluso los niños de estos empresarios y artesanos emprenderán un nuevo gasto: en esta nueva abundancia de dinero sus padres les darán un poco de dinero para sus pequeños placeres, y con esto se comprarán pestelitos y empanadas, y esta nueva cantidad de dinero, que se extenderá de modo tal que muchos de los que vivían sin el manejo de él, tendrán algo de dinero. Muchas compras que ante se hacían a crédito, se harán ahora en efectivo, y por lo tanto, habrá una mayor rapidez de circulación de dinero en Inglaterra de la que había antes.

2.7.4 De todo esto cncluyo que, doblando la cantidad de dinero en un estado, no siempre se dobla la cantidad de mercancías y productos. Un río que corre y fluye cerca de su desembocadura no podrá circular al doble de velocidad cuando la cantidad de su agua es duplicada.

2.7.5 La proporción de la carestía de la vida que es consecuencia del incremento de la cantidad de dinero en el estado dependerá del giro en que ese dinero le de a la circulación. Cuanto mayor sea el número de manos por las que el dinero circule, mayor aumentará el consumo; pero el consumo será mayor o menor según las circunstancias. Será dirigido a un cierto tipo de productos o mercancías de acuerdo a las ideas de aquellos que lo poseen. Los precios de mercado subirán más en determinados tipo de productos que en otros, sin referencia alguna a la abundancia del dinero. En Inglaterra el precio de la carne puede triplicarse mientras que el de los cereales puede aumentar sólo en un cuarto.

2.7.6 En Inglaterra siempre está permitido traer granos de países extranjeros, pero no ganado vacuno. Por esta razón, a pesar de gran incremento del dinero contante y sonante que pueda haber en Inglaterra, el precio de los cereales no sube por encima del precio en otros países donde el dinero escasea, y ese pequeño incremento en el precio es debido al coste y a los riesgos de importar granos de esos países extranjeros.

2.7.7 No ocurre lo mismo con el precio del ganado vacuno, que necesariamente será proporcional a la cantidad de dinero en circulación ofrecida por carne en proporción a la cantidad de dinero y de ganado que es criado allí.

2.7.8 Un buey que pese 800 libras se vende en Polonia y Hungría por 2 ó 3 onzas de plata, pero comúnmente se vende en el mercado de Londres por más de 40. Sin embargo, el quintal de harina no se vende en el mercado de Londres ni por el doble que en esos dos países.

2.7.9 El incremento del dinero sólo aumenta el precio de los productos y mercancías por la diferencia del coste de transporte, cuando este transporte es económicamente viable. Pero en muchos casos el coste del transporte es superior al valor de la cosa que se desea transportar, por lo que los troncos de árboles carecen de valor en muchos lugares. Este coste del transporte es la razón por la que la leche, la mantequilla fresca, las verduras, etc. son casi ragalados en las provincias alejadas de la capital.

2.7.10 Concluyo que un aumento del dinero en circulación en un estado siempre causa en él un aumento del consumo y un mayor nivel de gasto. Sin embargo, la carestía de la vida causada por dicho aumento no afecta por igual a todos los productos y mercancías, proporcionalmente a la cantidad de dinero, a menos que lo que se añade continue en la misma circulación que el dinero anterior, es decir, a menos que los que ofrecen en el mercado una onza de plata sean los mismos y sólo los mismos que ahora ofrecen dos onzas cuando la cantidad de dinero se ha duplicado, y este casi nunca es el caso. Me imagino que, cuando un gran excedente de dinero es introducido en un estado, el nuevo dinero da una nueva vuelta al consumo e incluso una nueva velocidad a su circulación. Pero no es posible precisar exactamente en que medida.


CAPÍTULO VIII

Texto El Ensayo II - VI

PARTE II

CAPÍTULO VI

Del incremento o descenso de la cantidad de oro y plata amonedados en un estado.

II.VI.I Si en un estado tuviera minas de oro y plata y obtuviera cantidades considerables de oro y plata de las mismas, los propietarios de esas minas, los empresarios y todos los que trabajan allí aumentarán sus gastos en proporción a la riqueza y beneficios que obtienen: también prestarán a interés el dinero que excede del importe que necesita gastar.

II.VI.II Todo este dinero, sea prestado o gastado, entrará en circulación y no fallará en incrementar el precio de los productos y mercancías en todos los canales de circulación en que el dinero entre. El aumento del dinero traerá un aumento de los gastos y esto causará un aumento de los precios de mercado en los años de mayor comercio y un menor aumento de precios en los de menos incremento de la circulación.

II.VI.III Todo el mundo está de acuerdo en que la abundancia del dinero y su correspondiente aumento de los intercambios comerciales, eleva los precios de todo. La cantidad de dinero procedente de América y que llegó a Europa en los últimos dos siglos justifica por la experiencia este aserto.

II.VI.IV Mister Locke establece como una máxima fundamental que la cantidad de productos y mercancías en proporción a la cantidad de dinero sirve como regulador de los precios de mercado. He tratado de aclarar su idea en los capítulos anteriores: se ha visto claramente que la abundancia del dinero hace todo más caro, pero no ha considerado como lo hace. La gran dificultad de esta cuestión es saber de que manera y en que proporción el aumento de dinero eleva los precios.

II.VI.V He comentado que una aceleración o mayor rapidez de la circulación del dinero en intercambio es equivalente, hasta cierto punto, a un incremento en el dinero real. También he observado que el aumento o disminución de los precios en los mercados distantes, bien sean locales o foráneos, influye en los precios reales de mercado. Para realizar estas operaciones, es necesario cambiar continuamente monedas de oro, plata y cobre de acuerdo a la actividad de comercial. Normalmente, también sucede que el aumento o la disminución del dinero real en un estado no es percibido porque fluye al extranjero, o porque se disemina en el interior del estado por medios tan imperceptibles que es imposible conocer exactamente la cantidad que entra o abandona el estado.

II.VI.VI Sin embargo, todas estas operaciones pasan por debajo de nuestros ojos y todo el mundo toma parte en ellas. Por lo tanto, me puedo arriesgar a ofrecer unas pocas observaciones sobre el tema, aunque no seré capaz de dar una razón exacta y precisa.

II.VI.VII En general considero que un aumento del dinero real en un estado causa un correspondiente incremento del consumo que gradualmente causa un aumento en los precios.

II.VI.VIII Si el incremento real del dinero proviene de minas de oro y plata en el estado en cuestión, el propetario de esas minas, los especuladores, los fundidores, refinerías y los otros trabajadores incrementarán sus gastos en proporción a sus ganancias. Consumirán en sus hogares más carne, vino o cerveza que antes y se acostumbrarán a vestir mejores ropas, lhechas de lino más fino, a tener casas mejor amuebladas y otras comodidades. A consecuencia de ello darán empleo a varias personas que estaban antes ociosas y por la misma razón, estas incrementarán sus gastos: todo este incremento de los gastos en carne, vino, lana, etc., disminuye la necesidad de repartir con los demás habitantes que no participaron en la primera ronda del incremento de las riquezas provenientes de las minas. Las alteraciones del mercado, o la demanda de carne, vino, lana, etc., siendo más intensas que lo usual, no fallará en incremntar sus precios. Estos altos precios determinará a los colonos en emplear más tierra para producir más al año siguiente: los mismos granjeros obtendrán más beneficio e incrementarán los gastos de sus hogares igual que los demás. Aquellos que se verán afectados por esa carestía de la vida será el primero de todos los propietarios de tierras que, durante la vigencia de sus contratos de arrendamiento y, después, su servicio doméstico y todos los trabajadores y aquellos que ganan salarios o ingresos fijos y que alimentan a sus familias con sus ingresos. Todos estos deben disminuir sus gastos en relación a los nuevos consumos, lo que obligará a un buen número de ellos a emigrar buscando el sustento en otra parte. Los terratenientes despedirán a muchos de sus empleados, y el resto exigirá un aumento de sus salarios para vivir como antes. Por lo tanto, aproximadamente, que un aumento considerable del dinero procedentes de las minas aumenta el consumo, y disminuyendo el número de habitantes, supone un gasto mayor entre los que quedan.

II.VI.IX Si se sigue extrayendo más dinero de las minas [NOTA DEL TRADUCTOR: aquí el autor identifica oro y plata con dinero], debido a su abundancia, todos los precios crecerán hasta tal punto en que no sólo los terratenientes aumentarán considerablemente sus Rentas cuando los contratos expiren y puedan reanudar su viejo estilo de vida, aumentando proporcionalmente los salarios de sus sirvientes, sino que los operarios y trabajadores aumentarán el precio de sus artículos tanto que deba haber un considerable beneficio al comprar dichos artículos del extranjero, donde son mucho más baratos. Naturalmente esto alienta a mucha gente a importar muchos artículos manufacturados, donde los encontrarán más baratos. Esto naturalmente arruinará a los artesanos y manufactureros del estado, que no podrán mantenerse por ellos mismos trabajando a semejantes precios bajos debido a la carestía de la vida.

II.VI.X Cuando la excesiva abundancia de dinero procedente de las minas hace disminuir los habitantes del estado, acostumbrados los que quedan a un gasto muy elevado, elevado el producto de la tierra y del trabajo de los trabajadores, arruinada las manufacturas del estado por el uso de las producciones extranjeras de mineros y terratenientes, el dinero producido por las minas necesariamente irá a parar al extranjero para pagar las importaciones.: esto gradualmente empobrecerá a al estado y lo hace, en cierto modo, más dependiente del extranjero, adonde se verá obligado a enviar más dinero cada año tan pronto como es sacado de las minas. La gran circulación del dinero, que fue general al principio, cesa: lo que sigue es pobreza y miseria y la única ventaja aparente del trabajo de las minas es la de aquellos empleados en ellas y la de los extranjeros que de ellas obtuvieron beneficio.

II.VI.XI Esto es aproximadamente lo que le pasó a España tras el descubrimiento de las Indias. Así como a los portugueses, tras el descubrimiento de las minas de oro de Brasil, casi siempre han hecho uso de artículos extranjeros y manufacturas; y parece que ellos trabajan en las minas sólo por la cuenta y ventaja de los extranjeros. Todo el oro y la plata que esos estados extraen de las minas no les proporciona en la circulación más metales preciosos que a otros. Con esa regla, Inglaterra y Francia obtienen incluso más.

II.VI.XII Ahora, si el incremento del dinero procede de la balanza positiva del comercio exterior (i.e. enviando artículos y manufacturas al extranjero de mayor valor y cantidad de la que es importada y, consecuentemente, recibiendo el exceso de dinero) este incremento anual de dinero enriquecerá a un mayor número de empresarios y comerciantes en el estado, y dará empleo a un mayor número de operarios y trabajadores que proporcionan las mercancías enviadas al extranjero. Esto incrementará gradualmente el consumo de los habitantes que viven de la industria y elevará el precio de la tierra y el trabajo. Pero la gente industriosa que está deseando adquirir propiedades, al principio no incrementarán sus gastos: esperarán hasta que hayan acumulado una buena suma de la que ellos puedan cobrar un interés seguro, independiente de su comercio. Cuando un gran número de sus habitantes han adquirido una gran fortuna proveniente de ese dinero, el cual entra en el estado regular y anualmente, incrementarán seguro su consumo y aumentarán los precios de todo. Aunque esta carestía de la vida les involucra en un mayor gasto del que a principio contemplábamos, continuarán gastando mientras continue su capital; porque nada es más fácil o agradable que incrementar los gastos de la familia y nada es más difícil o desagradable que reducir los gastos.

II.VI.XIII Si una balanza comercial anual continúa y ha traído un considerable aumento del dinero en un estado, se producirá un aumento del consumo, elevar los precios de todo e incluso en disminuir el número de habitantes a menos que un producto adicional sea traído del extranjero en proporción al aumento del consumo. Además es usual en los estados que han adquirido una abundancia considerable de dinero traer muchas cosas de los países vecinos donde el dinero es raro y consecuentemente todo es barato. Pero como el dinero debe ser enviado para equilibrar la balanza, el comercio interior será menor. La baratura del dinero y el trabajo en el extranjero donde el dinero es raro, naturalmente causará la construcción de manufacturas y trabajos similares a aquellos del estado, los cuales no serán al principio tan perfectos y tan bien valorados.

II.VI.XIV En esta situación, el estado puede subsistir con abundancia de dinero, consumir toda su propia producción y muchos productos extranjeros y por encima de todo esto, mantener una pequeña balanza contra el extranjero o al menos mantener el nivel de la balanza comercial durante muchos años, es decir, importar a cambio de su trabajo y manufacturas y obtener tanto dinero de los países foráneos, como lo ha hecho para enviar las mercancías y productos de la tierra que necesitaba obtener de ellos. Si el estado es un estado marítimo, la facilidad y baratura de sus fletes marítimos de sus trabajos y manufacturas para enviarlas a los países extranjeros podría compensar parcialmente los elevados precios del trabajo causados por la demasiada abundancia del dinero; así que el trabajo y las manufacturas de este estado, por caras que sea, se venderán en el extranjero a veces más baratas que las manufacturas de otro estado donde el trabajo no es pagado tan caro.

II.VI.XV El coste del transporte aumenta el precio de las cosas enviadas a países distantes; pero esos costes son muy reducidos en los países marítimos; pero estos costes son muy moderados en los países marítimos, donde hay un embarque marítimo regular a todos los puertos foráneos así que los barcos están casi siempre fondeadas allí, preparadas para zarpar y que admiten a bordo todos los cargos confiados a ellos a un flete muy razonable.

II.VI.XVI No ocurre lo mismo en estados donde la navegación no florece. Allí es necesario construir barcos expresamente para transportar mercaderías y esto a veces absorbe todo el beneficio.; y la navegación allí es muy cara, lo que siempre desanima el comercio.

II.VI.XVII Hoy Inglaterra consume la mayor parte de su pequeña producción sino también muchos productos extranjeros, como sedas, vinos, frutas, linos de gran calidad, etc., mientras vende en el extranjero sólo el producto de sus minas, su trabajo y manufacturas en su mayor parte, y aunque el trabajo más caro es debido a la abundancia de dinero, logra vender sus artículos en países distantes, debido a la ventaja de su marina mercante a precios razonables en países como Francia donde los mismos artículos son muy baratos.

II.VI.XVIII El incremento del dinero en circulación en un estado puede tener su origen, sin ninguna modificación en la balanza de comercio, en los subsisdios pagados a ese estado por poderes extranjeros, por los gastos de varios embajadores o por viajeros que, por razones políticas o curiosidad o placer pueden residir allí por algún tiempo, por la transferencia de la propiedad y fortuna de algunas familias, las cuales, por motivos religiosos, de libertad o por otras causas abandonan su país para establecerse en ese estado. En todos estos casos, las sumas de efectivo que vienen al estado aumnetan el gasto y el consumo y, a consecuencia de ello, los precios de todas las cosas suben en los canales de cambio en los cuales el dinero entra.

II.VI.XIX Supongamos que, antes del incremento del dinero, un cuarto de los habitantes de un estado consumen diariamente carne, vino, cerveza, etc., y se suministran a si mismos de tejidos, linos, etc., pero que después de dicho incremento, un tercio o la mitad de los habitantes consume las mismas cosas, los precios de todo aumentarán, y la elevación del precio de la carne inducirá a muchos de los que forman un cuarto de la población a consumir menos de lo que es usual. Un hombre que consume 3 libras de carne [NOTA DEL TRADUCTOR: 1,36 KGS.] al día se las arreglará con 2 [0,9 KGS], pero él siente la reducción, pero la otra mitad de los habitantes que no consume apenas carne, no siente la reducción. El pan se irá encareciendo poco a poco a causa de este incremento del consumo, pero como a menudo he sugerido, se encarecerá proporcionalmente menos que la carne. El incremento del precio de la carne causa una disminución en su consumo de una pequeña sección del pueblo, y así se siente; pero el aumento del precio del pan disminuye la proporción de todos los habitantes, y se siente menos. Si 100.000 personas adicionales vienen a un estado de 10 millones de habitantes, su consumo extra de pan aumentará a sólo 1 libra de cada 100, que se restará de los antiguos habitantes; pero cuando un hombre, en vez de 100 libras de pan, consume 99, apenas se notará su reducción.

II.VI.XX Cuando se incrementa el consumo de carne, los colonos aumentan sus pasturas en perjuicio de las tierras arables, y a consecuencia, de los cereales. Pero lo que causa que la carne se encarezca más en proporción que el pan es la libre importación de granos extranjeros, mientras la importación de ganado está absolutamente prohibida, tanto en Inglaterra, donde los derechos de importación son prohibitivos, como en otros estados. Esta es la razón por la que, en abundancia de dinero, la Renta de los prados y pastos aumentan el triple que las de las tierras arables.

II.VI.XXI No hay duda que emabajadores, viajeros y las familias que vienen a establecerse en el estado aumentan el consumo allí y los precios crecen en todos los canales de intercambio donde el dinero es introducido.

II.VI.XXII En cuanto a las subvenciones que el estado ha recibido de poderes extranjeros, o bien son atesoradas para las necesidades del estado o son puestas en circulación. Si suponemos que son atesoradas, no atañen a mi argumento en el cual sólo estoy considerando el dinero en circulación. Dinero atesorado, platos, tesoros de la Iglesia, etc., son riqueza que el estado puede poner en servicio en caso de extrema necesidad, pero no tienen ninguna utilidad en el presente. Si el estado pone en circulación los subsisdios en cuestión, esto sólo puede suceder gastándolos y esto seguro incrementará el consumo y enviará los precios hacia arriba. Quienquiera reciba este dinero lo pondrá en movimiento en el principal asunto de la vida, que es la alimentación, bien sea de si mismo o de otra persona, ya que todas las demás cosas corresponden, directa o indirectamente, con ella.


CAPÍTULO VII

Texto El Ensayo II - V

PARTE II

CAPÍTULO V

DE LA DESIGUALDAD DE LA CIRCULACIÓN DE LA MONEDA FUERTE DE UN ESTADO


II.V.I La ciudad siempre suministra varias mercancías al campo, y los propietarios de la tierra que viven en la ciudad deberían rcibir allí alrededor de un tercio del producto de su tierra. El campo debe a la ciudad más de la mitad del producto de la tierra. Esta deuda siempre excedería a la mitad si todos los propietarios de la tierra viviesen en la ciudad, pero varios de los menos importantes viven en el campo, por lo que supongo que el saldo o deuda que continuamente vuelve del campo a la ciudad es equivalente a la mitad del producto del campo y es pagada en la ciudad y la mitad de los productos del campo son transportados a la ciudad y vendidos para pagar su deuda.

II.V.II Pero todo el campo en conjunto de un estado o reino debe estar en equilibrio constante con la ciudad, tanto por las Rentas de los más importantes terratenientes que residen allí como por los impuestos del estado o de la corona, la mayoría de los cuales son gastados en la capital. Todas las ciudades de provincia debe un saldo o deuda constante a la capital, ya sea por el estado o para el consumo de las casas o para pagar los productos que se elaboran en la ciudad. Sucede también que varios individuos y terratenientes que viven en las ciudades de provincia suelen pasar algún tiempo a la capital, por placer o para la resolución de sus demandas de casación o porque envían a sus hijos allí para que reciban una educación de moda. Consecuentemente todos estos gastos que proceden de las capitales de provincia son efectuados en la capital.

II.V.III Suele decirse que todo el campo y todas las ciudades de un estado deben regular y anualmente un saldo o deuda a la capital. Pero como todo es pagado en dinero, es evidente que las provincias siempre deben sumas considerables a la capital; los productos y mercancías que las provincias envían a la capital son vendidos allí por dinero, y con él es pagado este balance o deuda.

II.V.IV Supón ahora que la circulación del dinero, tanto en las provincias como en la capital, es igual, tanto en cantidad como en velocidad de circulación. El saldo primero es enviado a la capital enefectivo y esto disminuirá la cantidad de dinero en las provincias y la aumentará en la capital, y por lo tanto, las materias primas y productos básicos serán más caros en la capital que en las provincias, a causa de la mayor abundancia del dinro en la capital. La diferencia de precios en la capital y en las provincias debe pagar los costes y riesgos del transporte, de lo contrario, el efectivo será enviado a la capital para pagar el saldo y esto continuará hasta que los preciuos en la capital y en las provincias lleguen al nivel de dichos costes y riesgos. Entonces los mercaderes y empresarios de las ciudades con mercado comprarán a bajo precio los productos de las aldeas y pueblos y los enviarán a la capital para ser vendidos allí amayor precio: y esta diferencia de precio paga el amntenimiento de los caballos y siervos y los beneficios de los empresarios, o de lo contrario, cesarían en su empresa.

II.V.V De lo anterior se deduce que el precio de las materías primas de igual calidad será siempre mayor en los lugares cercanos a la capital que en aquellos más distantes en proporción a los costes y riesgos del transporte; y en los lugares ribereños a los mares y rios que pasan o están al lado de la capital obtendrán mejores precios por sus productos en proporción a aquellos más distantes (permaneciendo otras cosas iguales) porque el transporte por agua es menos caro que el terrestre. Por otra parte, los productos y artículos pequeños que no pueden ser consumidos en la capital, porque no son adecuados o porque por su volumen no pueden ser enviados allí, serán infinitamente más baratos en el campo y en las provincias más distantes que en la capital, debido a la cantidad de dinero circulando por ellas, que es mucho más pequeño en las provincias distantes.

II.V.VI Por lo tanto, los huevos, la mantequilla y la leña en general serán mucho más baratos en el distrito de Poitou, mientras que los cereales y los caballos serán más caros en Paris, y sólo por la diferencia del coste y del riesgo del transporte y las tasas para entrar a la ciudad.

II.V.VII Sería fácil hacer un número infinito de deducciones del mismo tipo para justificar mediante la experiencia la necesidad de una desigualdad en la circulación del dinero en las diferentes provincias de un gran estado o reino, y para demostrarle que esta desigualdad es siempre relativa al saldo o deuda que pertenece a la capital.

II.V.VIII Si suponemos que el saldo que se le debe a la capital es de un cuarto del producto de la tierra de todas las provincias de un estado, el mejor uso que se le puede dar a la tierra de las regiones que bordean la capital es producir el tipo de productos que no pueden ser traídos de las provincias distantes sin deterioro o por un coste excesivo. Esto es de hecho lo que siempre ocurre. Los precios de mercado de la capital actuan como una norma para que los granjeros emplean la tierra para tal o cual propósito, y normalmente son para cultivos de huerta o pastos.

II.V.IX Siempre que sea posible, las manufacturas de tela, lino, ropa fina, etc., deben ser creadas en las provincias remotas; y en las cercanías de las minas de carbón, bosques, que no sean útiles por la distancia, manufacturas de hierro, estaño y cobre. De esta manera, los productos terminados podrían ser enviados a la capital a un coste de transporte mucho menor que sus materias primas para ser elaboradas en la capital y las subsistencias de los artesanos que trabajan allí. Esto salvaría a una cantidad de caballos y carreteros, que estarían mejor empleados en beneficio del estado. La tierra serviría para mantener sobre el terreno a trabajadores y a mecánicos útiles; y una cantidad de caballos, que sólo sirven para transportes innecesarios, se salvarían. De este modo, las tierras distantes tendrían mayores rendimientos y podrían pagar mayores alquileres a sus propietarios y la desigualdad de circulación entre las provincias y la capital sería mejor proporcionada y menos considerable.

II.V.X Sin embargo, el establecimiento de manufacturas del modo narrado, no sólo necesitaría mucho estímulo y capital sino también alguna manera de asegurar una demanda regular y constante, bien en la capital mismo o en los países vecinos, cuyas exportaciones pueden estar al servicio de la capital, bien por el pago de las mercancías que se extrae de estos países extranjeros, o bien por el retorno de plata en especie.

II.V.XI Cuando estos talleres de manufacturas están establecidos, la perfección no está lograda inmediatamente. Si alguna otra provincia produce mejor o más barato, bien sea debido a la vecindad de la capital o a la conveniencia de las comunicación por río o por mar, con lo que el transporte se verá considerablemente facilitado, las manufacturas en cuestión no tendrán éxito. Todas estas circunstancias deben tenerse en cuenta en la creación de un taller de manufacturas. No tengo el propósito de tratarlo en este Ensayo, pero sólo quiero sugerir que, tanto como sea posible, las amnufacturas deberían establecerse en las provincias distantes de la capital, para que sea más importante y lograr allí una circulación menos desproporcionada en relación a la de la capital.

II.V.XII Cuando una provincia distante no tiene manufacturas y produce sólo materias primas ordinarias, sin comunicaciones fluviales con la capital o el océano, es asombroso como escasea el dinero comparado con el que circula en la capital y cuan poco las mejores tierras producen para el Príncipe y los propietarios que residen en la capital.

II.V.XIII Los vinos de la Provenza y el Languedoc, para enviarlos al norte, dan la vuelta por el estrecho de Gibraltar, y tras una larga y dificultosa travesía, después de haber pasado por las manos de varios comerciantes, dan muy poco rendimiento a los propietarios de esas tierras que viven en París.

II.V.XIV Sin embargo es necesario que estas provincias lejanas envíen sus productos, a pesar de todos los inconvenientes del trasnporte y la distancia a la capital o a cualquier otro lugar, bien sea en el estado o en los países extranjeros para conseguir los retornos necearios para el pago del saldo pendiente con la capital. Pero este producto podría ser consumido en el lugar si hubiesen obras o fábricas para pagar esta deuda, en cuyo caso el número de habitantes podría ser mucho mayor.

II.V.XV Cuando la provincia paga la deuda con la capital sólo con sus productos que dejan tan poco por cual del trasnporte a tan largas distancias, es evidente que el propietario que vive en la capital, paga el producto de mucha tierra en el campo y a cambio recibe muy poco en la capital. Esto surge por la desigualdad del dinero, y esta desigualdad se produce a causa de la constante deuda que le debe la provincia a la capital.

II.V.XVI En la actualidad, si un estado o nación suministra a todos los países extranjeros con el trabajo de sus propias manufacturas, conseguirá un saldo favorable de dinero del extranjero y la circulación será más abundante que en los países extranjeros y consecuentemente, la tierra y el trabajo se volverán gradualmente más caros. Se sigue que, en todas las ramas del comercio, si las circunstancias continuan, el estado en cuestión intercambiará una menor cantidad de tierra y trabajo con los países extranjeros por una cantidad mayor.

II.V.XVII Pero si algunos extranjeros residen en el estado en cuestión, estarán más o menos en la misma situación y circunstancias que los propietarios de tierras que viven en Paris y que tienen sus tierras en distintas provincias.

II.V.XVIII Francia, desde la erección en 1646 de las manufacturas de telas y otras construcciones, se presentó al comercio, al menos en parte, en la forma descrita. Desde la decadencia de Francia, Inglaterra ha tomado la possión de este comercio; y todos los estados que parecen florecientes toman parte en él. La desigualdad de la circulación del dinero en los diferentes estados, siempre que lo demás permanezca igual. constituye la desigualdad en su respectivo poder; y esta desigualdad de circulación es siempre respectiva a la balamza de comercio exterior.

II.V.XIX Es fácil juzgar, por lo que se ha dicho en este capítulo, que la evaluación del impuesto del diezmo real hecha por el señor de Vauban, no sería ni conveniente ni viable.


CAPÍTULO VI

Texto El Ensayo II - IV



PARTE II

CAPÍTULO IV

UNA REFLEXIÓN POSTERIOR SOBRE LA RAPIDEZ O LENTITUD DE CIRCULACIÓN DEL DINERO EN CAMBIO

2.4.1 Supongamos que el granjero paga 1.300 onzas de plata por un trimestre a su propietario, quién paga cada semana 100 onzas al panadero, carnicero, etc., y estos pagan al granjero esas 100 onzas, así que el granjero recolecta cada semana esas 100 onzas que el granjero gasta. En este caso, debe haber siempre 100 onzas en circulación constante, las otras 1.200 onzas permanecerán en parte en manos del propietario y en parte del granjero.

2.4.2 Pero raramente sucede que los propietarios gastan sus rentas en una proporción regular y fija. En Londres cada vez que un terrateniente recibe su renta, la pone en manos de un Goldsmith o banquero, quién recibe a préstamo este dinero con intereses, así que esta parte está en circulación. O alternativamente el terrateniente gasta una buena parte de la Renta en varias cosas necesarias para su casa, y antes de que llegue el alquiler del próximo trimestre, pedir prestado. Así, el dinero del primer trimestre de alquiler circula de mil maneras diferentes antes de que pueda ser reunido en las manos del granjero para pagar su segundo trimestre.

2.4.3 Cuando el pago para el segundo trimestre ha llegado, el agricultor vende sus productos en grandes cantidades, y aquellos que compran su ganado, maiz, forraje, etc., ya han recogido el importe de ellas al por menor. El dinero del primer cuarto ha circulado por los arroyos de las pequeñas transacciones antes de ser recogidos por los distribuidores al por menor, y estos lo entregarán al granjero, quién paga con este dinero su segundo trimestre. Parece que menos dinero contante y sonante del que hemos supuesto sería suficiente para la circulación de un estado.

2.4.4 El trueque no requiere dinero en efectivo. Si un cervecero suministra a un pañero la cerveza para la familia de este, y a cambio, el pañero suministra al cervecero las telas que este necesita, y ambas transacciones se realizan al precio de mercado del día de la entrega de cada producto, sólo se necesita el dinero en efectivo para liquidar las dos operaciones.

2.4.5 Si un comerciante de una ciudad con mercado envía a un corresponsal en la ciudad productos del campo para la venta, y si este envia a la primera ciudad mercancías consumidas en el campo, el negocio que dura todo el año entre estos dos comerciantes, la confianza mutua les lleva a liquidar sus cuentas a sus respectivos precios de mercado, el único dinero real sólo es necesario para pagar el saldo resultante que le debe una parte a la otra a final de año. Incluso este saldo puede llevarse al año siguiente sin necesidad de realizar ningún pago en efectivo.Todos los empresarios de una ciudad, que tienen continuamente negocios los unos con los otros, pueden usar este método. Estos intercambios mediante valoración parece que economizan mucho dinero en circulación, o al menos acelera este movimiento, por lo que hace innecesario que el dinero pase por varias manos por las que tendría que pasar sin este método de intercambio por valoración. No es sin razón que se suele decir que el crédito comercial hace menos escaso el dinero.

2.4.6 Los Goldsmiths son banqueros públicos, cuyas notas pasan de mano en mano como dinero en efectivo, contribuyen también a aumentar la circulación, que se vería retardada si fuera necesario el dinero para todos los pagos que son efectuados con esas notas: y aunque esos Goldsmiths y banqueros siempre guardan en su mano una buena parte del dinero que ellos han recibido por sus notas, también ponen en circulación una gran cantidad de su dinero real como explicaré más tarde al hablar de los bancos públicos.

2.4.7 Todas estas reflexiones parecen probrar que la circulación de un estado puede ser llevada a cabo con mucho menos dinero real del supuestamente necesario; pero las inducciones siguientes parecen que pueden compensarlas y contribuir a ralentizar la circulación.

2.4.8 En primer lugar, se observa que todos los productos del campo son suministrados por el trabajo, que posiblemente, como ya se sugiere con frecuencia, puede realizarse con poco dinero o nada. Pero todas las mercancías hechas en las ciudades o en las ciudades con mercado deben pagarse con dinero real. Si la construcción de una casa costó 100.000 onzas de plata, toda esta suma o la mayor parte de ella ha debido ser pagada en pequeñas cantidades semanales al ladrillero, albañiles, carpinteros, etc., directa o indirectamente. El gasto de las familias más humildes, que son siempre las más numerosas en la ciudad, es necesariamente con dinero real. En estos pequeños intercambios, créditos, anotaciones en cuenta y facturas no pueden tener lugar. Los mercaderes o comerciantes demandan dinero en efectivo por las cosas que ellos ofrecen: si dan crédito a una familia por unas semanas o meses, necesitan una cantidad de dinero importante. Un constructor de carruajes que vende su coche por 400 libras de plata en notas de banco, tendrá que canjearlas por dinero real para pagar todos los materiales y los hombres que han trabajado en este coche si ellos han trabajado a crédito o les ha pagado ya para empezar un carruaje nuevo. La venta del carruaje liberará su beneficio y podrá gastarlo para mantener a su familia. No podía estar satisfecho con las notas bancarias a menos que pueda apartar algo y colocar el resto a interés.

2.4.9 El consumo de los habitantes de un estado es, en cierto sentido, destinado a la comida. La ropa, los muebles, etc., corresponde a la comida de los hombres que trabajaron en ello. Y en las ciudades, toda la comida y bebida se ha de pagar en efectivo. Los terratenientes que viven en la ciudad pagan la comida una vez a la semana o diariamente; el vino cada semana o cada mes; los sombreros, medias y zapatos se pagan en efectivo y al menos, los pagos corresponden con dinero en efectivo para los hombres que han trabajado en ellos. Todas las sumas que sirven para pagar grandes importes son divididas, distribuidas y se diseminan en pequeños pagos correspondientes al mantenimiento de los trabajadores, empleados domésticos, etc., y todas estas sumas son necesariamente recolectadas y reunidas por los empresarios y minoristas que se dedican a suministrar la subsistencia de los habitantes y que hacen grandes pagos cuando compran los productos de los granjeros. Un empleado de taberna recolecta las sumas que paga al cervecero en soles y libras, el cual las usa para pagar los granos y materiales que compra del campo. Uno no puede imaginarse nada comprado con dinero en efectivo en un estado, como muebles, mercancías, etc., que no correspondan al mantenimiento de aquellos que la han trabajado.

2.4.10 La circulación en las ciudades es realizada siempre por los empresarios y siempre corresponde directamente a la subsistencia de los empleados domésticos y trabajadores, etc. No es concebible que las pequeñas transacciones puedan ser efectuadas sin efectivo. Las notas bancarias pueden servir como contadores en los grandes pagos durante algún tiempo. Pero cuando las grandes sumas se distribuyen y diseminan en pequeñas transacciones, como más pronto o más tarde sucede en las ciudades, las notas bancarias no sirven para ese propósito y se necesita dinero en efectivo.

2.4.11 Se presuponía todo esto, todas las clases en un estado que practican la frugalidad, guardan y sacan de la circulación pequeñas cantidades de efectivo hasta que han reunido bastante para invertir a interés o beneficio. Mucha gente miserable y tímida entierra y acumula efectivo por períodos considerables.

2.4.12 Muchos propietarios de tierras, empresarios y otros siempre guardan algo de efectivo en sus bolsillos o cajas fuertes para emergencias imprevistas y no encontrase sin dinero. Un caballero observó que nunca llevaba menos de 20 luises en sus bolsillos durante todo el año. Se podría decir que en sus bolsillos mantenía 20 luises fuera de la circulación durante todo el año. A uno que no le gusta gastar hasta el último céntimo, y prefiere recibir una nueva entrega, incluso antes de pagar una deuda con el dinero que tiene.

2.4.13 El capital de los que tienen poco capital a menudo es depositado en efectivo y fuera de la circulación.

2.4.14 Además de los grandes pagos que pasan por las manos de los colonos cada trimestre, hay muchos otros pagos en los mismos términos, de un empresario a otro, y de los prestatarios a los prestamistas. Todas estas grandes sumas se recolectan en el comercio minorista, son diseminadas fuer de nuevo y regresan tarde o temprano al colono: pero parece que requieren una mayor cantidad de efectivo para su circulación que si esos pagos se hubiesen hecho en pequeñas cantidades en momentos diferentes por los empresarios y prestatarios cuando pagan a los colonos por sus productos.

2.4.15 En fin, hay tanta variedad en los diferentes órdenes de los habitantes del estado y en la correspondiente circulación de su dinero real, que parece imposible establecer cualquier cosa precisa o exacta en cuanto a la proporción de dinero suficinete para la circulación. Mi conclusión, confirmada por los que me han aportado tantos ejemplos e inducciones sólo para dejar claro que no estoy lejos de la verdad, es que "el dinero en efectivo necesario para la circulación de un estado corresponde casi al valor de un tercio de las Rentas anuales de los terratenientes". Cuando los propietarios tienen una Renta que es superior a un tercio hasta la mitad, una mayor cantidad de dinero en efectivo se necesita para la circulación, en igualdad de condiciones. Cuando hay una granconfianza en los bancos y en sus cuentas, se necesitará menos dinero, como también cuando la circulación se acelera de cualquier forma. Pero voy a mostrar más tarde que los bancos públicos no ofrecen tanta ventaja como se suele suponer.


CAPÍTULO V

Texto El Ensayo II - III

PARTE II

CAPÍTULO III

DE LA CIRCULACIÓN DEL DINERO

2.3.1 Es de la opinión general en Inglaterra que un granjero debe ganar tres rentas. La principal y verdadera Renta que paga al propietario, supuestamente igual a un tercio del valor de la producción, una segunda renta para el mantenimiento de sus hombres y caballos que emplea para cultivar la granja, y un tercio que debe permanecer con él para hacer su empresa rentable.

2.3.2 La misma idea se obtiene generalmente en los demás países de Europa, aunque en algunos, como el Estado de Milán, los granjeros dan al terrateniente la mitad del producto en vez de un tercio, y muchos terratenientes en todos los países tratan de ceder sus granjas a la mayor renta que les sea posible obtener; pero cuando esta es superior a un tercio de la renta, los granjeros son generalmente muy pobres. No dudo que los terratenientes chinos obtengan más de tres cuartos del producto.

2.3.3 Sin embargo, cuando un granjero tiene cierto capital para llevar a cabo la gestión de su granja, el propietario, que le cede la granja por un tercio del producto, estará seguro del pago y estará mejor con dicho acuerdo que si cede su granja a una mayor tasa a un granjero miserable a riesgo de perder toda su renta. Cuanto mayor sea la granja, mejor el granjero será. Así sucede en Inglaterra, donde los granjeros son generalmente más prósperos que en otros países donde las granjas son más pequeñas.

2.3.4 El supuesto que voy a hacer en esta investigación en cuanto a la circulación del dinero es que los granjeros ganan tres rentas y gastan la tercera renta en vivir más confortablemente en vez de ahorrarla. Este es, de hecho, el caso del mayor número de granjeros en todos los países.

2.3.5 Todos los productos del país vienen, directa o indirectamente, de las manos de los granjeros, así como los materiales de los cuales las mercancías son hechas. Es la tierra la que produce todo, excepto el pescado, e incluso los pescadores que capturan el pescado se mantienen del producto de la tierra.

2.3.6 Las tres rentas del agricultor deben, por tanto, ser consideradas como las principales fuentes, o por decirlo así, la principal corriente de circulación del Estado. La primera renta se debe pagar al propietario en dinero. Para la segunda y la tercera rentas se necesita el dinero para adquirir el hierro, estaño, cobre, sal, azucar, telas y generalmente para todas las mercaderías de la ciudad consumidas en el campo. Pero todo esto apenas excede la sexta parte del total de las tres rentas. En cuanto a la comida y la bebida de la gente del campo, no se necesita el dinero para obtenerla.

2.3.7 El agricultor puede hacer su propia cerveza o vino sin gastar nada de efectivo, puede hacer su propio pan, matar los bueyes, ovejas, cerdos, etc. que se comen en el campo: puede pagar con cereales, carne y bebidas a la mayoría de sus asistentes, no sólo a sus trabajadores, sino también a los artesanos del campo, valorando su producción a los precios de los mercados más cercanos y el trabajo a los precios ordinarios de la localidad.

2.3.8 Las cosas necesarias para la vida son comida, ropa y alojamiento. No es necesario el dinero en efectivo para obtener comida en el campo, como acabo de explicar. Si los tejidos y linos más burdos son hechos en el campo, si las casas son construídas allí, como a menudo sucede, el trabajo necesario para todo ello debe ser abonado mediante el trueque sin que el efectivo sea necesario.

2.3.9 El único dinero que se necesita en el campo es para la Renta principal del terrateniente y para la adquisición de las manufacturas que el campo necesariamente ha de obtener de la ciudad, como cuchillos, tijeras, alfileres, agujas, ropas para algunos agricultores de buena clase, utensilios de cocina, platos y todo lo que generalmente se obtiene de la ciudad. Ya he observado que se calcula que la mitad de los habitantes de un estado, y consecuentemente los ciudadanos gastan más de la mitad del producto de la tierra.

2.3.10 El efectivo no es sólo necesario para la Renta del propietario, correspondiente a un tercio del producto, sino también para las mercancías de la ciudad que se consumen en el campo, que puede equivaler a algo más de un sexto del producto de la tierra. Sin embargo, un tercio más un sexto hacen la mitad del producto. El efectivo circulando en el país debe ser, por tanto, igual, al menos, a la mitad del producto de la tierra, por cuyos medios, la otra mitad, o quizás algo menos, es consumido en el campo sin necesidad de efectivo.

2.3.11 La circulación de este dinero tiene lugar cuando los propietarios gastan al detalle en la ciudad las rentas que los colonos les han pagado en cantidades a tanto alzado y cuando los carniceros, panaderos, cerveceros, etc. reunen poco a poco la misma cantidad de dinero para comprar a los granjeros a tanto alzado ganado, trigo, cebada, etc. De esta manera, todas las grandes sumas de dinero son distribuidas en pequeñas cantidades de dinero y son recogidas en grandes cantidades para hacer pagos directa o indirectamente a los granjeros, y estas grandes o pequeñas cantidades vuelven siempre a cambio de los servicios.

2.3.12 Cuando afirmé que para la circulación del país se necesita una cantidad de dinero a menudo igual en valor a la mitad del producto de la tierra, este es el mínimo; y para que la circulación del país deba ser fácil voy a suponer que el dinero en efectivo que posibilita la circulación de las tres rentas es igual, en valor, a dos de estas rentas, o dos tercios de los productos de la tierra. Se verá más tarde que este supuesto no está lejos de la verdad.

2.3.13 Imaginemos ahora que el dinero que circula en un pais es, en su totalidad, equivalente a 10.000 onzas de plata, y que todos los pagos efectuados con ese dinero, del campo a la ciudad, y de la ciudad al campo, son hechos una vez al año; y esas 10.000 onzas de plata son equivalentes, en valor, a dos de las rentas de los colonos o dos tercios de los productos de la tierra. Las Rentas de los terratenientes corresponderá a 5.000 onzas, y toda la circulación de la plata que queda entre la gente del campo y los ciudadanos, hechas por pagos anuales, corresponderá también a 5.000 onzas.

2.3.14 Pero si los propietarios estipulan con sus colonos un pago al principio del año por la mitad de la Renta en lugar de la totalidad, y sus deudores también hacen sus pagos realizan sus pagos cada seis meses, esto alterará la velocidad de circulación. Y considerando que antes se necesitaban 10.000 onzas para realizar los pagos anuales, ahora sólo serán necesarias 5.000 onzas pagadas dos veces, que tendrán el mismo efecto que las 10.000 pagadas antes una sóla vez.

2.3.15 Además, si los propietarios estipulan con los colonos pagos trimestrales. o están satisfechos con recibir sus rentas de los granjeros de acuerdo a las cuatro estaciones del año les permite vender su producto, y todos los otros pagos son hechos trimestralmente, sólo se necesitarán 2.500 onzas para la misma circulación que antes se llevaba con 10.000 onzas una vez al año. Por lo tanto, suponiendo que todos los pagos se realizan trimestralmente en el pequeño Estado en cuestión, la proporción del valor necesaria para la circulación es el producto anual de la tierra (o las tres rentas), como 2.500 libras es a 15.000, ó 1 a 6, así que el dinero corresponderá a la sexta parte del producto anual.

2.3.16 Pero viendo que cada rama de la circulación en las ciudades es realizada por empresarios, que las compras de comida son realizadas en pagos diarios, semanales o mensuales, y los pagos por ropa son realizados una o dos veces al año por las familias, vemos que los diferentes pagos son realizados por personas difernetes y en periocidades diferentes; y que el gasto en bebidas es hecho normalmente a diario, las pequeñas adquisiciones de cerveza, carbón y un millar de otros artículos de consumos es muy rápido, parece que la proporción que hemos establecido por pagos trimestrales es muy alta, y que la circulación de los productos de la tierra de 15.000 onzas de plata en valor, podría llevarse a cabo con mucho menos de 2.500 onzas de plata en dinero efectivo.

2.3.17 Como sin embargo, los granjeros han de hacer grandes pagos a los propietarios al menos cada trimestre, y los impuestos que el Príncipe y los Estados gravan sobre el consumo son acumulados por los recaudadores para hacer grandes pagos a los Receptores Generales, debe haber suficiente dinero en efectivo en circulación para hacer estos pagos sin ninguna dificultad, sin dificultar la circulación de las monedas para comida y ropa de la gente.

2.3.18 Se verá de ello que la proporción de la cantidad de dinero necesaria para la circulación en un estado no es incomprensible, y que esta cantidad puede ser mayor o menor en un estado de acuerdo al modo de vida y la rápidez de los pagos. Pero es muy difícil establecer algo definitivo en lo que se refiere a esta cantidad en general, y la proporción puede variar en diferentes países, y es sólo una hipótesis el decir que "el dinero real o dinero necesario para llevar la circulación y el intercambio en un estado es aproximadamente igual en valor a un tercio de todas las rentas anuales de los propietarios de dicho estado".

2.3.19 Ya sea que el dinero es escaso a abundante en un estado, esta proporción no cambiará mucho porque, donde el dinero es abundante, las rentas de la tierra son más altas, y donde el dinero es escaso son menores. Está constatado que esto es el caso en todos los tiempos. Pero suele ocurrir que en los estados donde el dinero es escaso, suele haber más trueque que en aquellos donde el dinero es abundante, y la circulación es más rápida y menos lenta que en aquellos donde el dinero no es tan escaso. Por lo tanto, para estimar la cantidad de dinero en circulación, siempre es necesario calcular su velocidad de circulación.

2.3.20 Suponiendo que el dinero en circulación sea la tercera parte de todas las rentas de los propietarios y que estas sean la tercera parte del producto anual de la tierra, se deduce que "el dinero en circulación en un estado es equivalente en valor a la novena parte de todo la producción anual de la tierra".

2.3.21 Sir William Petty, en un manuscrito de 1685 [NOTA DEL TRADUCTOR: en la bibliografía de Willima Petty no figura ningún libro publicado en 1685, pero si varios publicados al año siguiente] supone frecuentemente que el dinero en circulación es equivalente a la décima parte del producto de la tierra. No da ninguna razón. Supongo que es una opinión que él se formó de la experiencia y de los conocimientos prácticos del dinero de circulación en Irlanda (una gran parte de ese país él midió como investigador) y de la producción que él estimó de la observación. No estoy muy lejos de su conclusión que las rentas de los propietarios (ordinariamente pagadas en dinero y fácilmente verificables por el impuesto uniforme sobre la tierra) son más fácilmente verificables que la producción de la tierra, cuyos precios varían a diario en los mercados, y una gran parte de los mismos es consumida sin entrar en los mercados. En el siguiente capítulo voy a dar varias razones, apoyadas en ejemplos, para confirmar mi conclusión. Pienso que es útil, aunque no matemáticamente exacto. Es suficiente si está cerca de la verdad y si se impide a los gobernadores de los estados de la formación de las ideas extravagantes sobre la cantidad de dinero en circulación. No hay ninguna rama del conocimiento en la que uno esté más sujeto a error que las estadísticas cuando se la deja a la imaginación, o ninguna más demostrable basadas en hechos detallados.

2.3.22 Algunas ciudades y estados carentes de tierra subsisten intercambiando su trabajo o manufacturas por el producto de la tierra de otros. Algunas son Hamburgo, Dantzing, algunas otras ciudades del imperio, e incluso alguna parte de Holanda. En estos estados, parece más difícil calcular la circulación. Pero si pudiéramos calcular la cantidad de tierra extranjera que aporta a su subsistencia, probablemente no difiera mucho de los cálculos hechos en otros estados que viven principalmente de sus propios productos, y que son objeto de estos ensayos.

2.3.23 Como el efectivo necesario para hacer funcionar el comercio exterior parece que no es más que el que se requiere para el comercio que está en circulación en el estado cuando la balanza del comercio exterior está igualada, es decir, cuando los productos y mercancías enviados al exterior son en valor equivalentes a aquellos importados.

2.3.24 Si Francia vende telas a Holanda y recibe especias de dicho país por el mismo importe, el propietario que consume dichas especias paga el valor de las mismas al tendero, el cual paga la misma cantidad al fabricante de telas, a quién Holanda debe el importe de las telas que envió allí. Esto se hace mediante letras de cambio, que explicaremos más adelante. Estos dos pagos en efectivo tienen lugar en Francia, aparte de la Renta del propietario, y ningún dinero deja Francia en esta cuenta. Todas las clases de la sociedad que consumen especias holandesas, igual pagan al tendero, a saber, los que viven de la primera Renta, es decir, los propietarios de la tierra, que pagan de su Renta, y aquellos que viven de las otras dos rentas, tanto en el campo como en la ciudad, y que pagan al tendero, directa o indirectamente, con el dinero con que se lleva a cabo con la distribución de estas dos rentas. El tendero paga con ese dinero al fabricante de telas por su letra sobre Holanda, y no fue necesario ningún incremento en la circulación de dinero en el estado, cuando el saldo es equilibrado. Pero si no es equilibrado, si se vende más mercancía a Holanda de la que se trae de allí, o viceversa, se necesita dinero por la diferencia cuando Holanda debe enviar más que Francia, o Francia más que Holanda. Esto aumentará o disminuirá la cantidad de dinero que circula en Francia.

2.3.25 Puede incluso ocurrir que, a pesar de que la balanza del comercio exterior esté equilibrado, se retrase la circulación del dinero efectivo, y que, por lo tanto, sea necesaria una mayor cantidad de dinero en circulación por causa de este comercio.

2.3.26 Por ejemplo, si las damas francesas que venían usando telas francesas, desean usar terciopelos holandeses, que son pagados mediante el dinero procedente de la venta de las telas enviadas a Holanda, ellas pagarán por esos terciopelos a los mercaderes que los importaron de Holanda, y dichos mercaderes pagarán los terciopelos de Holanda. El dinero pasará por más manos que si las damas hubieran gastado su dinero en las telas de Francia. Cuando el dinero pasa por más manos, la velocidad del dinero se ralentiza. Pero es difícil calcular una estimación exacta de este retraso que depende de varias circunstancias. Así, en nuestro ejemplo actual, si las damas pagan al mercader por su terciopelo hoy, y el mercader paga al fabricante por su letra sobre Holanda mañana, si el mercader paga al comerciante de lana al día siguiente, y este, a su vez, paga al granjero al día siguiente, es posible que el granjero conserve el dinero en su poder durante más de dos meses para compensar el alquiler triemestral que debe pagar a su propietario. Este dinero podría haber circulado en dos meses por las manos de un centenar de empresarios sin bloquear el medio circulante que el estado necesita.

2.3.27 Después de todo, la Renta principal de los propietarios deben ser considerada la más necesaria y considerable rama del dinero en lo que respecta a la circulación. Si el propietario vive en la ciudad y el granjero vende todos sus productos en la misma ciudad y compra allí todas las mercancías necesarias para su campo, el dinero en efectivo quedará siempre en la ciudad. El granjero venderá en la ciudad lo que exceda de la mitad de la producción de la granja, le pagará a su propietario en la misma ciudad el valor monetario de un tercio de su producto y el resto a los mercaderes y propietarios por las mercancías para ser consumidas en el campo. Incluso aquí, sin embargo, que el granjero vende su producción por una suma a tanto alzado, que es después distribuída al por menor, y el dinero es recolectado para ser utilizado de nuevo en los pagos a tanto alzado a los agricultores, la circulación tiene siempre el mismo efecto (sujeto a su rapidez), como si el agricultor hubiese tomado de nuevo el dinero del campo recibido por su producción y lo hubiera enviado de nuevo a la ciudad.

2.3.28 La circulación consiste siempre en esto: las grandes sumas que el agricultor recibe por la venta de sus productos son divididas al detalle y luego reunidas de nuevo para hacer los grandes pagos. Si una parte del dinero permanece en la ciudad o va fuera de ella puede ser considerado como el medio circulante entre el campo y la ciudad. Toda la circulación se efectúa entre los habitantes del estado, y todos ellos son alimentados y mantenidos en todos los sentidos por los productos de la tierra y de las materías primas del país.

2.3.29 Es cierto que la lana, que es transportada del campo y convertida en tejidos en la ciudad, vale cuatro veces su valor anterior. Pero ese incremento del valor, que es el precio del trabajo de los trabajadores y de la elaboración de la ciudad, es intercambiada con el campo por los productos que sirven para su mantenimiento.


CAPÍTULO IV

Texto El Ensayo II - II

PARTE II

CAPÍTULO II

DE LOS PRECIOS DE MERCADO

2.2.1 Supongamos los carniceros en un lado y los compradores en el otro lado. Despues de varias controversias, se fija el precio de la carne y una libra de carne vacuna tendrá el valor de una moneda de plata, y toda la carne ofrecida en el mercado para la venta está disponible para toda la plata que es llevada allí para comprar carne.

2.2.2 Esta proporción ha llegado a través de la negociación. El carnicero mantiene su precio en función de los compradores que ve. Los compradores, por su parte, ofrecen menos si creen que el carnicero tendrá menos venta: el precio fijado por algunos es generalmente seguido por otros. Algunos son más hábiles inflando sus mercderías, y otros corriendo los precios hacia abajo. Aunque este método de fijación de precios no tiene ningún fundamneto exacto, ya que a menudo depende de la ansiedad o temperamento fácil de unos pocos compradores o vendedores, no parece que pueda hacerse de ninguna manera más conveniente. Está claro que la cantidad de productos o mercancías ofrecidas a la venta, en proporción a la demanda o número de compradores, es la base sobre la cual se fija o siempre suponemos que se fija el precio real de mercado.

2.2.3 Examinemos otro caso. A varios maîtres d'hôtels [en Paris] se les mandó comprar guisantes la primera vez que acudieron al mercado. Un amo ha ordenado la compra de 10 cuartos de guisantes por 60 libras turnoise, otro la misma cantidad por 50 libras, un tercero la misma cantidad por 40 y un cuarto 10 por 30. Si estas órdenes se han de llevar a cabo, debería haber por lo menos 40 cuartos de guisantes en el mercado. Supongamos que hay sólo 20. Los vendedores, viendo muchos compradores, mantendrán sus precios y los compradores podrán encontrar el género a los precios que se les mandó: aquel al que se le mandó ofrecer 60 libras turnoise por 10 cuartos será el primero en ser servido. Los vendedores, viendo que nadie más ofrecerá por encima de 50, venderán los restantes 10 cuartos a ese precio. Aquellos que tenían órdenes de no exceder de 40 y 30 libras turnoise se volverán de vacío.

2.2.4 Si en vez de 40 cuartos hubieran 400, no sólo los Maîtres d'hôtels obtendrán guisantes muy por debajo de las cantidades previstas por ellos, sino que los vendedores, para ser preferido por los demás por los pocos compradores bajarán los guisantes casi al valor intrínseco, sino en tal caso muchos Maîtres d'hôtelsque no tenían órdenes de comprar guisantes, comprarán algunos.

2.2.5 A menudo sucede que los vendedores que son muy obstinados en mantener el precio de sus productos en el mercado, pierden la oportunidad en vender sus productos o mercancías para ventaja de los que si lo hacen y son perdedores ellos mismos. A veces sucede que, al mantener sus precios, pueden vender sus productos otro día con un mayor beneficio.

2.2.6 Los mercados distantes siempre pueden afectar a los precios de donde uno es: si el maiz es extremadamente deseado en Francia, subirá en Inglaterra y otros países vecinos.


CAPÍTULO III